Fue el playoff de ascenso a Segunda que el Villanovense, que había acabado cuarto de su grupo en Segunda B en la 14-15, disputó contra el Bilbao Athletic el que terminó de convencer al Zaragoza en la apuesta por Álvaro Ratón (O Carballino, Ourense, 29-1-93). El equipo extremeño perdió en San Mamés por 2-0, tras haber ganado la ida 2-1, pero en ambos encuentros, sobre todo en un escenario como el coliseo rojiblanco, el gallego firmó un partido notable. El vídeo de ese encuentro y el seguimiento que se le había hecho al portero fueron decisivos para que, cuando se presentó la ocasión, José Antonio Soler, entonces responsable de la cantera, negociara con su agente el fichaje en julio del 2015.

Ratón, que terminó esa temporada 14-15 como titular, llegó para el filial, para Tercera, un paso atrás en teoría que no tardó en revelarse como acertado. A las órdenes de César Láinez muy pronto demostró sus condiciones, su dominio del juego aéreo dentro de su área, la agilidad en el uno contra uno pese a su estatura elevada (1,92) y, sobre todo, su regularidad, quizá su mejor virtud, porque es un arquero que apenas comete errores de bulto. Es sobrio y seguro. Eso, bajo palos, es decir mucho.

Ratón firmó con 14 años por la cantera del Valencia, donde coincidió con Jordi Alba o Isco en cadetes, pero en juveniles ya estaba en el Deportivo de la Coruña. Posteriormente recaló en el Montañeros, donde en el 2011 fue el portero menos goleado de todas las categorías nacionales españolas, y en el Arroyo. En la 12-13 militó en el Algeciras, con el que consiguió el ascenso a la categoría de bronce. Lo mismo que con el Betis B. En julio del 2014 firmó una temporada por el Villanovense y, aunque empezó de suplente, la lesión de Fuentes en la jornada 28 le dio la alternativa, una oportunidad que no desaprovechó para que el Zaragoza anotara su nombre. No se le hizo un seguimiento especial, pero estaba entre lo que más gustaba de Segunda B.

Decisión firme del club

Su buen año en el filial, donde volvió a ser el menos goleado de todas las categorías hasta Tercera en los primeros meses del pasado curso, la salida de Bono y las dudas con Manu Herrera, Alcolea y Whalley trajeron una revolución bajo palos en el Zaragoza, que siempre tuvo claro que Ratón tenía que ser del primer equipo. Firmó un contrato hasta el 2019, con ficha del filial pero a todos efectos del primer equipo, y empezó la temporada a la sombra de Irureta, teniendo su debut ante el Valladolid en Copa, en un partido donde dejó más sombras que luces.

Sin embargo, los fallos de Irureta le dieron la ocasión en Pucela. Y ahí sí que agarró con fuerza la oportunidad. Comenzó con una mala salida ante José y una amarilla, pero después Ratón fue un gato. Despejó un cabezazo de Villar, en su mejor parada, abajo y junto al palo, un disparo de Míchel, otro remate de cabeza de José y un intento de Villar tras pared con Míchel. Su última acción, tras perder tiempo en el tramo final, lo que pudo costarle la segunda amarilla, fue otra buena parada a cabezazo de Guitián para ser el héroe del partido y recoger el testigo de la titularidad.