Tres jornadas sin ganar, dos puntos de nueve, la necesidad de volver a convertir La Romareda en un fortín tras el empate con el Castellón, esquivar los primeros latidos de la crisis, no alejarse más de la zona de ascenso a Primera, la obligación de superar a un rival con un presupuesto más de veinte veces inferior y que lleva una victoria en diez partidos... Al Zaragoza se le acumulan los motivos para considerar al partido de mañana contra el Eibar como casi la primera final del curso. Los jugadores y el propio Marcelino huyen de esa denominación, pero el encuentro solo tiene una salida para el Zaragoza: la victoria. Y eso es una final.

El conjunto aragonés igualó en Tarragona su peor racha en este curso. Estuvo en el arranque de Liga tres jornadas sin ganar y lleva ese mismo número ahora, con la diferencia de que en la actualidad una dinámica negativa es mucho más peligrosa, con la tercera plaza, que ocupa el Hércules, ya a dos puntos de distancia. Además, el equipo viene de una mejoría de sensaciones en Tarragona, donde no ganó pero el empate tuvo un sabor agradable porque enseñó al mejor Zaragoza a domicilio del curso y, sobre todo en la segunda parte, mostró un bloque solvente atrás y con llegada, aunque no con gol, algo que ha perdido en los últimos tiempos. Una diana en tres jornadas así lo atestigua.

El triunfo serviría para darle un respaldo efectivo a esa mejoría frente al Nástic y, sobre todo, para evitar que la acumulación de resultados negativos suponga hablar de crisis, porque serían cuatro las jornadas sin ganar, una losa demasiado pesada para un aspirante obligado al ascenso. Además, el Zaragoza, que comenzó la Liga en casa como local con un empate contra la Real Sociedad y enlazó cuatro triunfos después (Murcia, Elche, Alavés y Xerez), dejó escapar otro empate contra el Castellón en su última aparición casera. No firmar el triunfo contra el Eibar generaría más dudas en el escenario que tiene que ser el fortín, el baluarte para el ascenso. Hasta el momento, con 14 puntos de 18 posibles, lo ha sido, pero no se pueden escapar muchos más triunfos.

Y el carácter de victoria casi por decreto se refuerza por el enemigo que llega a La Romareda. Hasta ahora, cuatro de las cinco victorias del Zaragoza han sido contra equipos que están en la parte baja de la tabla --Sevilla Atlético, Elche, Murcia y Alavés--, el Eibar también es otro de los habitantes de esa zona de la clasificación, ya que es decimoséptimo con solo dos puntos de renta sobre los puestos con billete a Segunda B.

El Eibar tiene un presupuesto de dos millones y el del Zaragoza, todavía sin cifras oficiales, rondará los 50. La diferencia es enorme, casi estelar, aunque es verdad que muchas veces el fútbol no entiende de economía y su lenguaje está en el césped. Pero ahí tampoco el Eibar demuestra mucha fuerza. Lleva solo cuatro puntos a domicilio y tres goles, lo que le convierte en el peor realizador fuera de casa. Comenzó la Liga con fuerza, con dos triunfos, pero en las últimas diez citas solo ha ganado un partido, al Córdoba (1-0) en la octava jornada, por lo que lleva cuatro sin ganar.