Alemania plantea prohibir la venta de vehículos nuevos con motores diésel y de gasolina en el 2030, una medida que pondría en peligro más de 600.000 empleos directos e indirectos en el país, según se desprende de un estudio del Instituto de Investigación Económica alemán (Ifo), publicado ayer. El presidente del Ifo, Clemens Fuest, aseguró ayer en Berlín que la prohibición de la venta de estos vehículos «sería la forma errónea de lograr los objetivos de protección del clima de la manera más barata posible».