ArcelorMittal cesará la actividad de su planta en Zumárraga (Guipúzcoa) y trasladará la producción y la plantilla de este centro a otras factorías que la compañía tiene en España. La medida, anunciada ayer por la empresa, afectará a 335 empleados de la fábrica vasca que podrían recalar, entre otras, en la planta que Arcelor tiene en el polígono de La Cartuja (Zaragoza) y en la que trabajan más de 260 personas. Además, cuenta con otro en Pedrola, dedicado a la elaboración de productos planos para el sector del automóvil.

La multinacional no se ha pronunciado todavía sobre qué centros acogerán la actividad y a los trabajadores de Zumárraga, aunque apuntó que hay algunas factorías, como las de Zaragoza, Olaberría y Bergara (ambas en Guipúzcoa) y Gijón que trabajan en la fabricación de productos largos (pletinas, corrugados, angulares...). En total, Arcelor tiene 11 instalaciones en Asturias, País Vasco, Valencia, Navarra, Aragón y Madrid.

A la espera de conocer si Zaragoza acogerá o no parte de la actividad y la plantilla de Zumárraga, la crisis del acero también pasa factura a la factoría aragonesa. Tanto es así, que la producción cayó un 25% en el último trimestre del 2015 y se suprimió un turno de trabajo, lo que obligó a prescindir del personal eventual. "En principio el futuro de esta planta no peligra y no hay ninguna medida de ajuste planteada para Zaragoza", apuntaron fuentes de Arcelor, si bien recalcaron que caída de los precios de los productos por la competencia china y la alta factura energética --es hasta un 38% más cara en España que en Alemania-- están haciendo mella en todas las factorías del grupo. "La situación es muy complicada en todo el sector europeo", añadieron las mismas fuentes.

SEGUNDO CIERRE El de Zumárraga es el segundo cierre de Arcelor en poco tiempo. El pasado año ya se anunció la clausura de la planta de Sestao (Vizcaya), en la que también se decretó una "parada temporal indefinida". Esta factoría daba empleo a unos 300 trabajadores.

La empresa subrayó ayer que el centro de Zumárraga se ha visto afectado desde hace años por unas condiciones de mercado muy difíciles, que han llevado a un deterioro de los márgenes de más de un 20% desde el 2012.