El proyecto industrial impulsado por extrabajadores de Tata Hispano para reabrir la fábrica de carrocerías de autobuses avanza por el buen camino, aunque con algo de retraso respecto al calendario previsto inicialmente. Tras meses de tensa espera, las negociaciones con la multinacional india, pieza angular para que esta iniciativa llegue a buen puerto, comienzan a dar sus frutos. El acuerdo parece próximo, aunque los promotores del proyecto son prudentes y no quieren cantar victoria.

La mediación y el apoyo del Gobierno de Aragón, especialmente del Departamento de Industria, están siendo decisivos en la buena marcha del proceso. Sobre la mesa ya existe la propuesta de que el Ejecutivo autonómico, a través de Sodiar (Sociedad para el Desarrollo Industrial de Aragón), entre en el capital de Hispano Aragonesa de Carrocerías (HAC), la sociedad anónima laboral creada por un grupo de extrabajadores de Tata Hispano para la reapertura de la fábrica. Se trataría de "capital semilla", una inversión que pasado un tiempo se devolvería.

El quid del proyecto pasa porque los indios cedan las instalaciones situadas en el polígono Empresarium y las licencias y patentes de los tres modelos de autobuses --el urbanos Area, el interurbano Intea y el de largo recorrido Xerus-- que Hispano Aragonesa quiere producir. La sociedad laboral remitió en abril una propuesta al respecto. Tata Hispano se hizo de rogar y su respuesta tardó más de dos meses en llegar, pero "ha sido positiva", aseguró ayer José Luis Chueca, portavoz del consejo de administración de HAC, que ha enviado una contrapropuesta