La espera llega a su fin. Después de un año en blanco, el departamento de Desarrollo Rural del Gobierno de Aragón volverá a convocar de forma "inminente" la línea de ayudas a la industria agraria, con un presupuesto de 3,6 millones para este ejercicio. La novedad de esta edición es que los criterios de concesión se basarán en la "concurrencia competitiva", una filosofía que el consejero Joaquín Olona quiere instaurar como seña de identidad en esta legislatura en todas las subvenciones a las que puede optar el sector primario. Según sus estimaciones, esta cifra podría movilizar entre 20 y 25 millones de inversión privada por parte de las empresas, ya que las ayudas supondrán una financiación mínima del 10% y un máximo del 25% de la inversión total.

Así, los proyectos se aprobarán "en función de su viabilidad y no tanto del sector al que pertenezcan". "Queremos que la ayuda sea un incentivo para invertir en mejorar la economía de la empresa, no para hacer viable lo que de entrada no lo es", recalcó ayer el consejero.

Olona anunció la línea de ayudas durante su visita a las empresas aragonesas que participan como expositoras en la feria Alimentaria, que se celebra en Barcelona hasta mañana jueves. Medio centenar de firmas de la comunidad muestran sus productos y novedades en el que se considera como uno de los escaparates internacionales más importantes del sector de la alimentación, con 140.000 visitantes profesionales llegados de todas las partes del mundo. Olona confesó estar "un poco asustado" ante la demanda que se espera por parte de las empresas, lo que, en su opinión, es "una buena noticia" por "la salud y el empuje" que demuestra el sector.

En la concesión de las ayudas primará que la inversión (tanto para nuevas instalaciones como para ampliaciones y modernización de las ya existentes, ya que son subvenciones a la compra de activos físicos) contribuya a aumentar las ventas y la facturación y a mejorar la productividad del trabajo, uno de los problemas que, junto con la atomización, debe solucionar el sector, según Olona, ya que "está muy por debajo de la media de la industria en general". También se valorará en los criterios de selección la creación de empleo. Asimismo, para poder acceder a las ayudas es imprescindible que la inversión aún no se haya iniciado en el momento de la solicitud.

Se prevé que las bases de la convocatoria se publiquen en el Boletín Oficial de Aragón (BOA) "a lo largo de esta semana o la próxima" (ya están enviadas) y la orden de ayudas, "dos o tres días más tarde". A partir de ese momento, el plazo para la presentación de candidaturas será de dos meses. Olona consideró que la aprobación de los proyectos constituirá "un reto político" porque la creación de competencia "requiere un cambio de mentalidad al no valer cualquier cosa para lograr una subvención".

PASTAS ROMERO, MÁS GRANDE

Este requisito impedirá, por ejemplo, que Pastas Romero opte a las ayudas de este año. La empresa familiar, dedicada a la elaboración de pasta alimenticia, empezará a construir en septiembre una nueva planta de 11.000 metros cuadrados y 14 metros de altura, que albergará seis líneas de producción, lo que supone duplicar las actuales, aunque de inicio solo se pondrán en marcha dos --una de especialidades y otra de pasta corta--. La fábrica estará operativa a finales del próximo año, según explicó ayer su director general, Francisco Romero. La primera fase de este proyecto supondrá una inversión de 12 millones de euros para la compañía, que está presente en Alimentaria con un estand propio.