La mayor agencia de calificación de riesgos de EEUU vuelve a estar en el foco de los reguladores. El departamento de Justicia lleva varias semanas investigando a Standard&Poor's (S&P), la agencia que rebajó a principios de mes la máxima solvencia de la deuda estadounidense, inflamando los mercados e hiriendo el orgullo de la mayor economía del mundo. Aunque el expediente se abrió antes de que S&P le retirara al país la triple A por primera vez en su historia, las nuevas circunstancias podrían endurecer la actitud de unos reguladores que hasta ahora se han limitado a criticar sus múltiples errores en la antesala de la crisis financiera.

Nadie duda que S&P, Moody's y Fitch resbalaron una y otra vez al otorgar notables y sobresalientes a una plétora de títulos hipotecarios que después resultaron ser basura. Y no solo eso: días antes de su quiebra en septiembre del 2008, Lehman Brothers era para ellas un banco de inversión solvente, lo mismo que AIG, la mayor aseguradora del mundo, rescatada poco después con fondos públicos. Lo que pretenden averiguar ahora los investigadores de Justicia es si las agencias marraron por la superficialidad de sus análisis o se equivocaron a sabiendas para maximizar sus beneficios.

Una de las preguntas formuladas a S&P, según el New York Times, es si sus analistas recomendaron en algún momento una rebaja de los títulos hipotecarios y, de ser así, ¿impidieron los ejecutivos de la compañía que sus alertas se materializaran?

DUDAS RAZONABLES Las dudas parecen justificadas por el conflicto de intereses que permea sobre las agencias. Todas ellas cobran de las mismas compañías cuyos instrumentos financieros evalúan, incluso realizan asesorías generosamente remuneradas para indicarles cómo obtener las mejores notas. Aunque solo sean tres las que acaparan el negocio, el cliente puede elegir la que le conceda la mejor calificación. Es decir, para ganar dinero hay que comportarse como un profesor generoso. No está claro si Justicia está investigando también a Moody's y Fitch, aunque de prosperar sus pesquisas contra S&P se espera que presente una demanda civil. Hasta ahora está teniendo dificultades para obtener información, según el diario neoyorkino, porque la mayoría de analistas que evaluaron en su día los fardos utilizados de hipotecas subprime siguen trabajando para S&P.

En la reforma financiera aprobada el año pasado en Washington se propuso reducir la influencia de las agencias, pero todavía se sigue discutiendo la regulación que se aplicará. No debería ser demasiado difícil porque es la propia normativa la que obliga a los bancos o a las empresas a obtener el sello de las agencias antes de poner a la venta su deuda

La Fiscalía italiana también está investigando a S&P y Moody's, a las que acusa de haber emitido "juicios falsos, infundados o al menos, imprudentes" sobre el sistema económico-financiero del país.