La economía española ha vuelto a caer en las garras de una recesión que va camino de convertirse en la más larga y devastadora de la historia española del último siglo. Siguiendo al pie de la letra la definición de recesión como dos trimestres consecutivos con caídas trimestrales del PIB, ya se puede decir que España se adentró en la recesión a finales del 2011 una vez que el Banco de España anticipó a principios de esta semana que la economía volvió a caer (el 0,4%) en la primera parte del 2012.

La curva del PIB español adopta ya claramente la forma de una W a la que aún le falta la última y definitiva cuesta arriba que lleve al final del túnel. La cuesta abajo comenzó a mediados del 2008 y tocó suelo a finales del 2009. Entonces se recuperó hasta que, tras un paréntesis de casi dos años, ha retomado ahora la pendiente hacia abajo. Para muchos no es una nueva recesión, sino la misma que empezó en el 2008, hace ya cuatro largos años, en los que se han quedado por el camino tres millones de puestos de trabajos perdidos.

Y aún queda. Dice el Fondo Monetario Internacional (FMI) que el PIB español tardará 10 años en recobrar el nivel perdido desde el 2008. El panel de expertos de Funcas prevé que la economía seguirá cayendo en el 2013 aunque el Gobierno cuenta con un pequeño avance. Y nadie se atreve a pronosticar cuánto tiempo será preciso para recuperar los tres millones de empleos perdidos.

En la crisis de principios de los 90 la tasa de paro llegó al 24,55% y se destruyeron algo más de un millón de empleos en dos años y medio que tardaron en recuperarse tres años más. En la crisis actual la tasa de paro ya está en el 24,44%, la cifra de parados supera los 5,6 millones de personas y según los cálculos del Gobierno perdurará la hemorragia de empleos en el 2013 con la destrucción del 0,4% de los puestos.

Javier Díaz-Giménez, profesor del IESE, considera que la economía está en recesión siempre que crece alrededor de 2 puntos por debajo de su potencial y, según esto, el PIB se encuentra en ese pozo desde el 2008, sin interrupción. Según este criterio y echando la vista atrás, esta recesión ya es el doble de larga que la principios de los 90 y va camino igualar la que, partiendo de finales de los 70, con la crisis del petróleo pleno apogeo, llegó hasta mediados de los 80, cuando el PSOE gobernó. La tasa de paro que era del 5,69% a finales de 1977 llegó al 21,5% en 1985.

Incluso bajo una definición a la americana de recesión (dos trimestres consecutivos caída del PIB), la crisis del 2008 ya claramente la más larga de la historia reciente, porque se ha convertido en una cadena de crisis sucesivas diferentes: financiera, hipotecaria, de economía real, inmobiliaria, deuda... Y ahora, sin haber superado la fase anterior, la zona euro y España en particular afrontan una nueva recesión fruto de la anemia por los excesos presupuestarios.

Una docena de países de la UE han recaído en recesión; el problema es que las perspectivas de recuperación son más negras para España e Italia, y que los mercados financieros están acorralando estas economías con unos costes de financiación que podrían ser insoportables.

La amenaza de una intervención está ahí y el Gobierno está adoptando a marchas forzadas duras reformas con las que intenta mantener el control de la economía y evitar el rescate. El profesor Juan Velarde cree que la única forma de salir adelante es acometer "una política ortodoxa" en forma de reducción del gasto, equilibrio de las cuentas públicas, saneamiento del sector financiero y reformas en los mercados laboral y energético y en la Administración. El plan coincide con el del Gobierno del PP.

Eugenio Recio, profesor de Economía de Esade, comparte el recetario y coincide con la mayoría de economistas y el propio Gobierno en que, igual que de crisis pasadas, de esta también se podrá salir de la mano del sector exterior gracias a la mejor competitividad de las exportaciones, a pesar de que ahora ya no es posible devaluar la moneda. Pero hay quien piensa que la ortodoxia dictada por Alemania "ha enterrado a España boca abajo y se le pide que escarbe más para hundirse", según un símil al que recurre el líder de UGT, Cándido Méndez. Juan Ignacio Bartolomé, del movimiento Economistas frente a la crisis, propugna que "si esta es una crisis de caída de la demanda efectiva, solo se puede salir de ella estimulándola".

Para ello plantea alargar más allá del 2013 el objetivo de reducción del déficit al 3% y que Europa, con apoyo del BCE, promueva políticas de apoyo a la inversión y a los Estados.