General Motors (GM), el último de los fabricantes que se había resistido a las amenazas de Donald Trump, claudicó ayer al anunciar el traslado de parte de su producción de México a Estados Unidos, así como inversiones. GM señaló en un comunicado que invertirá «1.000 millones de dólares adicionales» en sus plantas en Estados Unidos. En lo que GM no fue tan claro es cuántos nuevos empleos creará la inversión.