Las antiguas naves de Kimberly Clark, que se marchó de Calatayud en mayo del año pasado dejando en la calle a 230 personas, ya tienen nuevo inquilino. La firma aragonesa Industrias Monzón XXI, dedicada a la fabricación de tableros contrachapados de madera de chopo, prevé iniciar su producción en estas instalaciones en el mes de noviembre con una plantilla de 53 trabajadores. Según informó el alcalde de Calatayud, José Manuel Aranda, la compañía invertirá unos cinco millones de euros en adaptar las naves y adquirir nueva maquinaria.

Industrias Monzón, que hasta ahora solo trabajaba desde su fábrica de Ateca (donde emplea a unas 50 personas), ha sido la única empresa que ha presentado una oferta en firme y un proyecto industrial "sólido" para ocupar las instalaciones de Kimberly. Tras su marcha en mayo del año pasado, la multinacional de pañales cedió de forma gratuita al ayuntamiento bilbilitano las naves --con una superficie de 17.000 metros cuadrados-- y los terrenos --con más de 90.000--, por lo que pasaron a ser propiedad del consistorio, que abrió un concurso público para captar a posibles inquilinos. Según el contrato firmado (con una vigencia de diez años), Industrias Monzón deberá pagar un alquiler de 100.000 euros anuales al ayuntamiento. Sin embargo, esta cantidad se podrá bonificar hasta el 100% si la empresa realiza al menos 40 contrataciones.

La firma aragonesa informó ayer en un comunicado de que la planta de Calatayud "impulsará la expansión de la compañía, sobre todo a nivel internacional, gracias a la ampliación de su capacidad con nuevos productos en el sector de la madera". La empresa, que mantendrá su plantilla de Ateca, exporta el 80% de sus contrachapados de madera, utilizados en envases hortofrutícolas, suelos, muebles o en el sector industrial. La firma seguirá utilizando la madera de chopo como materia prima principal, por lo que sus plantaciones podrían crecer en la zona.

La llegada de Industrias Monzón, junto a la de la empresa del sector del automóvil Indeplas, que va a crear 24 empleos, aliviará la delicada situación que atraviesa el mercado laboral de Calatayud. De hecho, la pérdida del tejido industrial ha sido una constante en los últimos años en la comarca. Al cierre de Kimberly hay que sumar la marcha en el 2009 de Dana Automoción, que dejó en la calle a 94 trabajadores, o el cese de actividad de cerraduras CISA, que afectó a 126 empleados.