Raúl Oliván ha encontrado la horma de su zapato en Zaragoza Activa, un proyecto que cuida como si fuera un hijo y de cuya marcha se siente satisfecho tres años después de verlo nacer. Pero lograrlo no ha sido fácil. Este joven idealista de 33 años sabe que, en ocasiones, el camino más rápido no es la línea recta, pero no le importa trazar curvas si al final hay recompensa. Una reflexión a la que ha llegado tras participar activamente en varios movimientos ciudadanos como Teruel Existe.

Raúl llegó a Teruel a los 18 años para convertirse en educador social. Le hubiera gustado ser sociólogo y otras cosas más, reconoce. Algunas incluso las estudió, como Publicidad y Relaciones Públicas, Derecho y Antropología Social, a través de la Universitat Oberta de Cataluña (UOC). Pero ante todo se define como un amante de la comunicación.

Todo ese bagaje le ha servido, de alguna forma, para alimentar y configurar un nuevo vivero de emprendedores en la margen izquierda por encargo del Ayuntamiento de Zaragoza, al que llegó tras aprobar unas oposiciones con solo 23 años. "El alcalde Belloch encargó a Lola Ranera desarrollar un proyecto en la Azucarera y me enconmendó la tarea a mí", recuerda.

Al principio comenzó solo, pero poco después echó mano de los que fueron sus compañeros en el área de Participación Ciudadana del Ayuntamiento de Zaragoza, concretamente en la red de centros cívicos. Durante esa etapa intentó plasmar todo lo que llevaba dentro y lo que había aprendido de su militancia sindical, de los movimientos ciudadanos y de su participación en la actividad política. Pero, a veces, no salen las cosas como una piensa, recuerda Oliván. Su paso por la Federación de Servicios Públicos del consistorio tampoco fue lo que esperaba, hasta que finalmente llegó la oportunidad de Zaragoza Activa.

Para las personas

Fue entonces cuando nació el nuevo equipo de Zaragoza Activa, que lo formaban cuatro personas "jóvenes y dinámicas" con las que trabajó en la red de centros cívicos. "Todos me dijeron que sí", apunta Oliván. Su principal objetivo era "poner énfasis en las personas" y "generar entornos de participación".

Raúl Oliván es crítico con las estructuras obsoletas y uno de sus objetivos como director de Zaragoza Activa ha sido hacerlas desaparecer lo más rápidamente posible. "Los ciudadanos y la sociedad han cambiado mucho, pero las estructuras han cambiado demasiado poco", lo que ha provocado unos "tremendos desajustes". Un hecho que traslada a la desafección hacia la clase política. "A una persona que cada día puede poner si le gusta o no algo en facebook, por ejemplo, no le puedes hacer votar solo cada cuatro años".

Hoy, una de las cosas de las que Raúl se siente más orgulloso es que el borrador de Zaragoza Activa "se parece bastante a la realidad". Y, principalmente, de los correos que recibe de algunos jóvenes que han pasado por ahí y que ahora tienen su propia empresa. "Cuando ocurre algo así, todo tiene sentido".