Además del descenso de la demanda por parte de los países industrializados, el petróleo fue víctima ayer de la huída de los inversores hacia valores refugio como el oro. La crisis financiera que volvió a desplegarse ayer en todo su esplendor tras la bancarrota de Lehman Brothers, propició la caída del crudo, que cedió más de cinco dólares hasta el nivel de 92, que no se alcanzaba desde hace siete meses. Luego remontó pero acabó en torno a 93 dólares.

El barril de petróleo Brent, la calidad de referencia en Europa, perdió el nivel de los 100 dólares, traspasado en febrero de este mismo año, ya hace una semana. El máximo histórico de 147,50 dólares alcanzado el pasado 11 de julio queda lejos. También contribuyó a la caída el hecho de que el huracán Ike, que azotó Texas no tuvo efectos catastróficos en la producción de petróleo en la zona, que suministra la cuarta parte del crudo y de productos refinados de EEUU. El Departamento de Energía del país confirmó que la tormenta causó daños "mínimos" a las refinerías de la región del golfo de México.

Después de una carrera alcista impulsada por la demanda procedente de China e India y un fuerte tirón también de los países ricos, el crudo se ha visto afectado por la bajada del consumo como consecuencia de la crisis económica. El temor a que la situación empeore y que, por tanto, se siga restando potencia a la demanda es uno de los factores que hicieron perder fuerza a la cotización del crudo.

En el conjunto de materias primas, solo el oro, que como siempre que arrecia la tormenta económica se fortalece, registró subidas. El precio del lingote al contado cerró ayer con un avance del 3,29% en Londres, hasta los 775 dólares. La fuga de fondos hacia territorios tranquilos se concretó en el abaratamiento del dólar, que registró un cambio oficial de 1,4151 frente al euro. El viernes pasado esta en torno a 1,40.