Las razas autóctonas de Aragón se mueren. La decisión del Gobierno autonómico de cerrar el ejercicio contable ha supuesto que este sector deje de recibir 216.511 euros, una cantidad "ridícula" que los casi 1.400 ganaderos dedicados a la mejora genética ya habían invertido y por culpa de la cual "se van a perder 25 años de trabajo", así como más de 40 empleos muy cualificados en el medio rural. Según denunciaron ayer las principales asociaciones de razas aragonesas, que cuentan con casi 637.000 cabezas, "los políticos no tienen conciencia de que se trata de un patrimonio muy importante, como el arte románico, que es propiedad de toda la sociedad" y, como consecuencia, alertaron de la futura desaparición de figuras de calidad como el ternasco de Aragón.

Cuando a principios de este mes se reunieron con el consejero de Agricultura, Modesto Lobón, para garantizarse que el convenio anual se firmaría no imaginaban que, cinco días más tarde, el cierre de caja les sumiría en esta situación financiera tan grave y desesperada, si bien ya era delicada por la bajada progresiva del presupuesto desde el 2009 de hasta un 70%. "Es lamentable, y empezar de cero será imposible", avisó José Manuel Macarulla, director ejecutivo de Araparda, (bovina parda de montaña), quien vaticinó que en cinco años "las seis razas de fomento estarán en peligro de extinción, y las que ahora están en esa situación ya habrán desaparecido".

INVERSIÓN EN I+D

El sector defiende que es "un pilar sólido para afrontar el futuro y un sector clave para el desarrollo de la industria alimentaria de la comunidad. "Si no fuera por la conservación de las razas autóctonas y la mejora genética, en Aragón no tendríamos carne de calidad, de la que tanto se presume", insistió Macarulla. Del mismo modo, resaltó que son "de las pocas entidades que invierten en I+D", por lo que también peligran empleos en investigación.

El temor de los productores, explicó, es que estas ayudas "se pierdan definitivamente" porque "son fondos propios del Gobierno de Aragón y, cuando un año no se ejecutan, al siguiente van a amortizar deuda e intereses". Luis Lascorz, de Asapi (vacuno de raza pirenaica), reconoció que el desánimo ya cunde entre los ganaderos de razas autóctonas porque supone un gasto inasumible y "muchos ya piensan en cruzarlas o venderlas".