El Banco Santander ha aceptado devolver los ahorros a un anciano de 90 años sin estudios y alojado en una residencia tras conocer que un juzgado de Huesca tramitaba una denuncia por estafa relacionada con la venta de un producto financiero tóxico.

El anciano, alojado desde hace 6 años en una residencia de monjas, se dirigió el pasado abril a la entidad para pedir que sus ahorros, unos 10.000 euros, fueran colocados a plazo fijo durante un año para que le rindieran intereses, y que a su muerte las beneficiarias fueran la religiosas. Según el demandante, el empleado que le atendió le intentó convencer primero que contratara una tarjeta de crédito, pero ante la negativa del anciano elaboró un contrato y se lo entregó.

El anciano, a pesar de estar convencido de haber suscrito un plazo fijo, contrató en realidad un producto financiero complejo que ponía a disposición de dos compañías distintas la gestión de sus ahorros, con el compromiso de no poder rescatar libremente su dinero hasta el 2022.