Ignacio Fernández Toxo se despidió ayer de la secretaría general de CCOO, que ha dirigido en los últimos ochos años, poniendo deberes a la futura dirección y a todos los afiliados. El sindicato, dijo, debe «pasar a la ofensiva» para recuperar los derechos laborales perdidos por la crisis, forzar la creación de empleo y la subida de los salarios, defender la negociación colectiva y derogar la reforma de pensiones.

Ante los 715 delegados al 11º congreso y más de 200 invitados, entre ellos los principales dirigentes políticos y empresariales, Toxo desgranó la posición del sindicato ante la reforma constitucional y sobre todo ante la tensión política derivada del proceso soberanista catalán.

Como entre los invitados se encontraban Pedro Sánchez (PSOE), Pablo Iglesias (Podemos), Carles Campuzano (PDECat) y el diputado de Ciudadanos Sergio del Campo, el veterano sindicalista les dejó claro que deben «parar» en un debate superficial y con pocos frutos y tomarse en serio la reforma de la Constitución española, que debería hacerse con al menos una mayoría similar a la del año 1978. El líder sindical considera que el modelo territorial de la Carta Magna se ha agotado y está empezando a crear «problemas de convivencia» no solo en Cataluña, donde está focalizado el debate soberanista, sino en otras partes de España.

El debate sobre el encaje de Cataluña en el Estado «no puede tener su desagüe en los tribunales», afirmó. Además, el debate territorial es un problema para la consolidación de la recuperación de la economía. Y una barrera para que las reivindicaciones sindicales sean atendidas y formen parte de la agenda de los políticos.

RECORTE DE DERECHOS / La Constitución debe reformarse también para recuperar el impulso democrático que tuvo en los primeros años de la Transición porque con la excusa de la crisis económica se han recortado los derechos sindicales como el de huelga con la ley mordaza, el de recibir una pensión justa o el de tener una vivienda digna.

También se recuperaría la calidad democrática perdida por los continuos escándalos de corrupción. Toxo aprovechó para cargar contra la amnistía fiscal de Montoro, al que pidió que dimita, y para reclamar del Ejecutivo una política seria de inversiones e industrialización que cree empleo en sectores competitivos. Con una tasa de desempleo del 18% y con las prestaciones que solo cubren a la mitad de las personas sin trabajo, Toxo auguró una nueva crisis social y lamentó la ausencia de la ministra Fátima Báñez, que había confirmado su asistencia, porque «es bueno decirnos las cosas a la cara».

El secretario general de CCOO saliente no se desvió de la estrategia sindical que el mismo ha trazado en la última década y que probablemente continúe con el nuevo líder Unai Sordo. Pero Toxo puso el acento en dos cosas: pasar a la ofensiva y recuperar el papel de la negociación colectiva.

Para ello, dijo, hay que mantener la unidad de acción con UGT. A Pepe Álvarez le dedicó las primeras palabras de su discurso. La unidad de acción «es fundamental», subrayó, en línea con el discurso del líder ugetista, que deseó «éxito» al congreso de CCOO. «Porque vuestra suerte -destacó Álvarez- es la nuestra».