Tiene 22 años y acaba de publicar su segunda novela. La primera, Esos días raros de lluvia, tuvo una gran acogida y ahora llega Starman (Reservoir Books). Es María Pérez Heredia, una joven zaragozana que comenzó a escribir en francés aunque acabó haciéndolo en castellano. Como en su debut, incluye un guiño a Bowie, ya que el título del libro es también el de una canción del cantante, al que define como «el mejor».

—¿No le da vértigo contar en su currículum con dos novelas?

—Escribo, así que no es nada apabullante; es una actividad más relajada que otras muchas. Da un poco de cosa pero es importante empezar con lo que te gusta y si lo haces pronto pues mejor. Estoy segura de que mucha gente de mi edad escribe pero las editoriales no les han publicado todavía y yo tengo la gran suerte de que han confiado en mí.

—¿Ha sentido presión a la hora de escribir?

—Cuando estaba con la primera nadie me preguntaba porque nadie sabía que yo escribía; sin embargo ahora sí que preguntaban cuando la acabarás, de qué va y era un poco…. En ese sentido tienes un poco más de presión. Con la primera eres muy libre, nadie espera nada de ti. Con la segunda existe presión, pero también confianza y cuando te dicen algo bueno es significativo para ti.

—El protagonista, Clay, es un joven que, de la noche al día se convierte en un actor de mucho éxito con Oscar incluido. Y de repente, desaparece. ¿Cómo surgió la historia?

—Estaba viendo un capítulo del reality show de las Kardashian y salía Lamar Odon, que era el marido de una de ellas, un jugador muy famoso de la NBA que un día desapareció y me llamó la atención que alguien se fugase sin ningún motivo. Me puse a pensar en esa idea y a partir de ahí fui construyendo la historia, pero como el mundo del deporte no me interesa mucho prefería que fuese un actor.

—Y decidió que fuera en Los Ángeles y no en Madrid.

—Como decidí que fuese un actor y no un deportista, pensé que en el mundo del cine de España, no se armaría tanto revuelo con un actor muy joven; y sin embargo Hollywood ejerce una presión mediática mucho mayor.

—Clay huye de su pasado. ¿De qué huye María Pérez?

—De nada. Estoy bastante contenta con mi vida ahora mismo.

— ¿‘Starman’ tiene moraleja?

—Sí. Es una reflexión sobre que el éxito no soluciona ningún problema, los llevas siempre a cuestas y no sirve de nada escapar, tienes que enfrentarte a ellos y solucionarlos. Cerrar capítulos porque si los dejas abiertos al final acabarán afectándote.

—Vaya reflexión para una persona tan joven.

—Cuando cumples 20 años creo que hay un cambio muy significativo para mucha gente; dejas de ser un adolescente y eres una cosa rara entre adolescente y adulto; y yo por lo menos tuve una crisis tremenda. También cuando eres muy joven has pasado etapas y debes ir solucionando tus problemas, tus complejos, etc.

—A Clay le rodean un agente y, sobre todo, varias mujeres. Si tuviera que elegir a un personaje, ¿cual sería?

—Daphne (su compañera de reparto en la película), que es más joven, menos nihilista, no es ni hipócrita ni falsa. Es un personaje más puro y no me importaría volver a escribir sobre ella.

—La estructura de la novela va por días pero no de forma cronólógica, de hecho comienza en el día 56.

—Eso le aporta un toque interesante. Quería recrear la manera en la que los recuerdos acuden a la mente, desordenados, caóticos, en ráfagas de imágenes... y la escribí así, en el mismo orden en el que la va a encontrar el lector. Era muy libre, podía escribir el capítulo que quisiera lo único es que tenía que ser muy ordenada a la hora de registrar lo que había pasado cada día.

—Incluye descripciones muy detallistas. ¿Cómo se documentó?

—Internet es fundamental y sin el no la hubiera escrito tan rápido. Vi muchas series, como Entourage, películas, documentales, callejeros viajeros de todas partes... Quiero que el lector no tenga claro en qué sitios he estado y en cuales no. Intento que la recreación construya un ambiente real, una ciudad real.

—Estudia Filología Hispánica, pero, ¿espera vivir de la literatura?

—Ese es mi sueño, es a lo que aspiro. Yo quiero vivir profesionalmente de la literatura. Soy consciente de que es complicado y que muchas veces hay que compaginarlo con algo más pero desisto de preparar una carrera muy elaborada en otro ámbito. Renuncio a sacar unas oposiciones y cualquier cosa de esas porque yo quiero ser escritora.

—El panorama no es muy positivo.

—Creo que se está revitalizando. Hemos pasado por un periodo un poco oscuro, de crisis, pero ahora hay bastantes nombres muy punteros, que están vendiendo mucho, con gran calidad literaria y bueno… se está empezando a publicar a gente joven, más en poesía que en narrativa, pero creo que estamos ante el nacimiento de una nueva generación literaria y va a ser muy interesante ver que nos depara el futuro.

— Han comparado ‘Starman’ con ‘El guardián del centeno’.

—Me parece muy atrevido porque El guardian... es una obra maestra y ojalá algún día escribiera una décima parte de lo bien que lo hacía él. Pero ¿qué tienen en común Holden y Clay?, esa manera de huir cuando tienen un problema, que no es para tanto. No son gente desgraciada sino niños bien que han vivido una vida fácil pero bueno, tienen ese… voy a ser desgraciado porque sí.