Heterogénea. Esta es una de las características de la colección artística de la Diputación Provincial de Zaragoza, ya que incluye desde retablos barrocos a fotografías de autor, piezas de platería, pintura, escultura, cerámica... Ahora, 65 piezas --desde el Renacimiento hasta el arte más contemporáneo--, de las 3.331 que forman parte de su patrimonio, salen de los despachos para mostrarse al público en la exposición Legado. De Saura a Ribera. El título toma el nombre de dos de las obras principales, la Gran Crucifixión, de Antonio Saura --la primera que compró esta institución y que hasta ahora estaba en el despacho del presidente de la DPZ--, y el San Jerónimo penitente, del taller de José de Ribera, que solo se ha mostrado una vez al público; pero también hay obras de Gargallo, Broto, Víctor Mira, Fernando Sinaga, Pepe Cerdá, José Orús, Salvador Victoria, Julia Dorado, etc.

La muestra, que puede verse desde hoy y hasta el 10 de enero en el Palacio de Sástago, es fiel "reflejo de las diferentes circunstancias históricas que ha vivido la institución, de la evolución de los gustos estéticos y también de la propia intrahistoria", explicó ayer el conservador de las colecciones de la institución provincial, José Ignacio Calvo Ruata, que presentó la muestra junto a la diputada delegada de Cultura, Cristina Palacín; y el coordinador de Proyectos y Difusión Cultural, Ricardo Centellas.

LA CREACIÓN

Palacín quiso hacer hincapié en la formación de la colección; y de ahí, los títulos de cada una de las salas: La fortuna de un hombre, Pasión por Italia, La nueva sensibilidad romántica. De Goya a la pintura de Historia, Hacia la modernidad, El arte de nuestro tiempo o El retrato moderno.

En 1835 se formaron las primeras diputaciones; pero existen obras anteriores por la compra de inmuebles. Por ejemplo, tras el decreto de 1868 por el que se suprimieron las Juntas de Beneficencia, pasaron a formar parte de la institución el hospital nuestra Señora de Gracia, la Real Casa de Misericordia, la plaza de toros de la Misericordia, el Hogar Doz de Tarazona o el Monasterio de Veruela, de donde proceden dos imponentes puertas del retablo mayor.

La DPZ posee la mayoría de la obra gráfica de Goya en diversas ediciones. En el Palacio de Sástago pueden verse cuatro aguafuertes editados por la revista L'Art en 1877; y junto a ellas, una selección de obras pertenecientes a la serie sobre las Ruinas de Zaragoza, de Gálvez y Brambila y un gran pasaje de Don Pedro III el Grande en el collado de las Panizas, de Mariano Barbasán.

Otro modo de ampliar la colección fueron los pensionados y becarios en Roma. Allí fueron Francisco Marín Bagüés --se pueden contemplar Santa Isabel de Portugal y Los compromisarios de Caspe--, Félix Burriel, Julio García Condoy (un estupendo Los gitanos) o Pilar Burges, que donaron una obra a la institución.

También influyó la creación del Premio San Jorge, que se celebró durante 14 ediciones y cuyas obras se instalaron en el Museo de arte contemporáneo aragonés en el Monasterio de Veruela, con asesoramiento de Federico Torralba. De esta iniciativa proceden la obra de Saura, el Gran profeta de Pablo Gargallo, y otras de abstractos históricos como Lagunas, Aguayo, Victoria, Orús, Broto, Mira o la escultura Hombre con puerta, de Serrano.

La sala de El retrato moderno cuenta con retratos de patronos y mecenas de las instituciones benéficas (Manuel Dronda y Ascárraga, de Juan José Gárate), el retrato elegante de los socios del Casino Calamita y De la Sota; o los realizados a partir de fotografías de Costa o el novillero Manuel Gracia.