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Rebelde entre el centeno

Danny Strong

J. D. Salinger odiaba la publicidad y, por lo tanto, habría desaprobado verse protagonista. Resulta inevitable pensar, pues, en cuánto le habría dolido la existencia de esta máquina expendedora de clichés. Mientras recrea sus inicios y su decisión de huir del mundo tras el éxito de El guardián entre el centeno, la película repasa episodios de la vida del escritor con la monotonía de quien elabora la lista de la compra, y en el proceso no solo no logra arrojar luz sobre su talento sino que reduce sus demonios a una sucesión de simplonas relaciones causa-efecto. NANDO SALVÁ