Zaragoza es el escenario de la última novela de Juan Bolea, Pálido Monstruo. Un trabajo que como reconoció el mismo escritor, "juega con los géneros". La razón tiene que ver, como señaló ayer en la presentación Julio Cristellys, en que en este caso el escritor "se inclina por el género negro". Es la primera vez que Bolea ambienta una de sus obras en la ciudad, pero esta decisión no supone haberla escogido por el mero azar, sino que "quería utilizar Zaragoza como escenario para que aflorase el ser de los zaragozanos, pero no los baturros". Bolea explicó, durante la presentación de la novela, ayer en la Fnac de Plaza de España, que quería representar la Zaragoza real que conoce, y que tiene otra gravedad.

La historia de Pálido monstruo versa sobre las intrigas del mundo de la abogacía, el periodismo y la política, universos a los que se refirió "como una fauna muy familiar". Además el escritor explicó que para él la gran novela sigue siendo la del siglo XIX. Bolea confesó que antes de Pálido monstruo se encontraba muy lejos de ese realismo característico de las novelas de este periodo, sin embargo, en esta obra se ha acercado al trabajo de Zola o Galdós.

CARACTERES DINÁMICOS Los protagonistas de la novela son Fidel Paternoy, un prestigioso abogado penalista, antiguo alcalde y uno de los ejes de la vida pública aragonesa; el joven y brillante letrado David; el atormentado, Luis Murillo periodista de sucesos de un importante periódico local, y, sobre todo, la abogada Eloísa Ángel, una pelirroja espectacular, que está escribiendo un libro sobre los más famosos asesinos en serie.

Para Juan Bolea, el personaje de Paternoy es muy especial y "me gustaría que superase la prueba del tiempo". El novelista dirige su mirada hacia él como "un hombre hecho a sí mismo", o más concretamente "una patriarca aragonés". Este avezado personaje es el que enganchó al escritor a la hora de empezar a moldear la novela.

Aunque como dice Bolea, en Pálido monstruo "hay muchos guiños" y uno de ellos tiene que ver con sus compañeros periodistas. Y el encargado de personificar este ambiente es Luis Murillo, "un periodista de sucesos dinámico y estrafalario".

El nombre de esta novela de intrigas y tramas de la abogacía tiene que ver con las recomendaciones que le hicieron sus propios hijos. Y no solo eso, pues Juan Bolea se remonta a Otelo para encontrar el nombre de la novela, pues en uno de los versos de la obra de Shakespeare citan precisamente a un monstruo y hacen referencia a lo pálido.

Pálido monstruo, según Julio Cristellys "es una novela entretenida y entrañable", en la que como reconoció Bolea "juego con los géneros". Lo que no se desveló, como era de esperar, es el final, que según su autor "es un final canónico".