La escritora francesa Maylis de Kerangal describe en tono poético la historia de un trasplante de corazón, de un joven que sufre un accidente a una traductora de 50 años, en su última obra, Reparar a los vivos. La novela, publicada por Anagrama, narra las 24 horas de muerte cerebral de Simon Limbres tras haber sufrido un accidente de tráfico cuando volvía con unos amigos de disfrutar de una jornada de surf. La autora, que presentó ayer en Barcelona, explicó que decidió "describir de manera cruda y frontal las dos operaciones del libro, la extracción y el trasplante del corazón", si bien la poesía podía ser evocada en un quirófano, "en el que conviven la tecnología humana más puntera con el gesto casi paleolítico de coser", aseguró.

MOTIVOS POÉTICOS

Kerangal decidió asimismo "utilizar como motivos poéticos las palabras técnicas de la medicina, que representan la parte más vulgar de la lengua". Reparar a los vivos se resume fácilmente, según su autora: "Es una novela de un trasplante de corazón, que migra de un cuerpo de 19 años que tiene un accidente tras una sesión de surf y que llega al cuerpo de una traductora parisina de 50 años". Kerangal concibió el libro como una "trayectoria, como si fuera un surfeo" y para ello construyó "una especie de colectivo de personajes, de cadena humana de fraternidad, de solidaridad, una cadena que me fascina y que finalmente es la que permite completar el trasplante".

La idea del libro surgió después de vivir la experiencia de la muerte en su entorno y vivir el duelo, aunque en aquellos casos no se produjo un trasplante, y del "deseo de dar forma a la experiencia de la muerte, experiencia metabolizada a través del lenguaje".Esta metabolización se puede observar a través de la figura del canto, presente en todo el libro, bien a través de los pájaros o del canto del enfermero coordinador de los trasplantes que dedica a Simón después de extraerle todos los órganos.

Para la escritora francesa, "a pesar de que se describa una gesta técnica, quise que siguiera siendo una novela, que no hubiera una mimesis de la realidad". La autora escribió el libro "desde fuera", porque su trabajo es la descripción: "Se pueden decir cosas, en este caso entrando en la cabeza de la madre de Simón, por ejemplo, pero no me gusta la literatura de discursos, porque para mí la lectura es una creación, al mismo nivel que la escritura".

Para escribir sobre un tema del que lo desconocía todo, Maylis de Kerangal penetró en el "universo fascinante de los trasplantes" y se entrevistó con un enfermero coordinador de trasplante de tejidos y órganos, además de asistir al trasplante de un órgano. Kerangal también ve poesía en esos trasplantes, "evocados como los antiguos rituales funerarios".

Iniciar la novela con la sesión de surf no es casual, sino deliberado, "importante en el imaginario de la novela --dice--, porque de ese modo el lector ve al personaje central, Simón, en su plenitud física, en su juventud, en un momento en que se incorpora al mundo de los adultos, y luego tras el accidente persiste un Simón como una especie de héroe griego sobre una ola, una imagen que persiste en todas las páginas de la novela".