El arquitecto Cruz Díez García recibió ayer el premio García Mercadal -en el Día Internacional de la Arquitectura-por su trabajo de reforma de una vivienda unifamiliar en Ejea de los Caballeros, por «establecer un diálogo entre el arquitecto y la edificación existente de tal forma que un edificio modesto, pobre, de la arquitectura rural y popular aragonesa haya podido transformarse notablemente con instrumentos inmateriales como el espacio y la luz».

La ceremonia estuvo marcada por las constantes llamadas a la Acción contra el cambio climático (lema oficial de la jornada de este año), y estuvo presidida por el decano de la Escuela de Ingeniería y Arquitectura, José Ángel Castellanos; el decano del Colegio de Arquitectos de Aragón, Ricardo Marco; la vicedecana del Colegio de Arquitectos de Aragón, María Villar; y el consejero de Vertebración del Territorio, Movilidad y Vivienda, José Luis Soro.

«Creemos firmemente en que la arquitectura tiene que cambiar y redirigirse», indico durante la ponencia Castellanos, que hizo hincapié en la idea de «empezar a pensar en la arquitectura que queremos en el siglo XXII», así como la «necesidad» de una reorientación en la formación universitaria y profesional.

Por otro lado, José Luis Soro quiso hacer un llamamiento a la función social de la arquitectura, «destinada a crear un ambiente propicio para la convivencia y el desarrollo del resto de las artes», sañaló.

OTROS GALARDONES

Además del galardón principal, las diferentes modalidades premiaron a otros diez proyectos de entre la muestra total de 40. En la categoría de fomento y difusión de la cultura arquitectónica, el programa de radio Arquitectura con los cinco sentidos, realizado por la arquitecta Belén Gómez Navarro, obtuvo el accésit; mientras que los talleres creativos de arquitectura para niños de entre 3 y 10 años Chiquitectura y el catálogo de la exposición Common Housing de vivienda colectiva, también fueron galardonados.

En la modalidad de Sostenibilidad y Medio Ambiente, el jurado otorgó a la «vivienda vernacular del siglo XXI», realizada en Ayerbe por la arquitecta Ángels Catellarnau Visús, su accésit, por su «sensibilidad a los valores medioambientales en la utilización de materiales y el proceso constructivo», mientras que el galardón en la modalidad de Supresión de Barreras Arquitectónicas recayó en el trabajo Zaragoza accesible: un mapa de barreras para una ciudad sin ellas, un análisis del trazado urbano de ciudad prestando especial atención a los accesos a personas discapacitadas, del que el jurado quiso destacar su «universalidad» y su «enorme proyección».

Por otro lado, en el apartado de Urbanismo; Planes, Intervenciones en Espacios Urbanos y Paisajismo, el jurado concedió su accésit al proyecto de Plan Parcial del Sector SUZ-D Canfranc, por su «sensibilidad ante la actuación sobre un complejo de gran significado territorial y por su planteamiento respetar los elementos preexistentes del entorno y el paisaje». La rehabilitación del edificio de Coso Alto en Huesca, realizado por el arquitecto Sixto Marín Gavín, se alzó con el accésit en la categoría de Restauración, Rehabilitación e Intervención en el Patrimonio Histórico. El accésit de Restauración fue a parar a la catedral de Teruel, por la «recuperación de los valores históricos y arquitectónicos» fruto de la intervención realizada por Joaquín Andrés Rubio.

El galardón en la modalidad de Edificación y Equipamiento de uso no residencial se lo llevó Mytaki Arquitectos por su trabajo en el centro de difusión y práctica de la astronomía Galáctica en Arcos de Salinas; y en el apartado de Uso Residencial, el premio fue a parar a MRM Arquitectos por la realización de una vivienda unifamiliar en la localidad oscense de Tierz con especial atención a la luz natural.H