La primera alianza público privada de acción humanitaria de España presentó recientemente en Madrid los resultados de su primera actuación. La Alianza Shire ha centrado sus esfuerzos en desarrollar un primer proyecto piloto en Adi-Harush, uno de los campos de refugiados de la región de Shire -que da nombre a esta coalición de actores humanitarios formada por empresas privadas, administraciones públicas, oenegés y universidades-, en el norte de Etiopía, donde se encuentran más de 8.000 personas eritreas. Para esta actuación, ha contado con la colaboración del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) y de la oenegé Norwegian Refugee Council.

Los problemas relacionados con la falta de acceso a energía en el campo de Adi-Harush -similares a los de la mayoría de los campos de refugiados en todo el mundo- eran numerosos. Debido a la limitada calidad de las instalaciones, el servicio eléctrico suministrado por la red era extremadamente irregular y peligroso. El uso de leña como alternativa para cocinar estaba provocando la deforestación progresiva del entorno. Además, las mujeres y las niñas encargadas de la recolección debían recorrer distancias cada vez mayores, en un entorno donde no existe una policía o sistema que garantice la seguridad.

«Tras una profunda caracterización del contexto y de las soluciones tecnológicas más apropiadas, se determinó que el proyecto piloto abarcaría la mejora y extensión de la red eléctrica, la conexión de nuevos servicios comunales y la instalación de alumbrado público en el campo», explica Manuel Pastor, coordinador del proyecto piloto de la Alianza Shire, que trabaja para el Centro de Innovación en Tecnología para el Desarrollo Humano de la Universidad Politécnica de Madrid.

El proyecto, implementado entre diciembre del 2016 y febrero del 2017 en el campo de Adi-Harush, ha logrado la mejora y extensión de la red eléctrica, la conexión a la red de nuevos servicios comunales como la escuela primaria, dos mercados con 36 pequeños negocios, un centro para mujeres y niñas y un centro de formación. Además, se ha instalado alumbrado público en más de cuatro kilómetros en el campo a través de tecnología led y se han iluminado interiormente varias cocinas comunitarias.

«Todos estos trabajos se han realizado con la participación directa de los refugiados, a través de formación teórica y prácticas», destaca Manuel Pastor. Además, con el objetivo de dar continuidad a las mejoras, técnicos de la Alianza Shire han dado formación a un grupo de operarios compuesto por refugiados, quienes se encargarán de la operación y el mantenimiento de los equipos. «Vamos a dar seguimiento al proyecto desarrollado en Shire, ayudando con el mantenimiento. Una de las líneas que estamos desarrollando también es la formación a refugiados y población local para que ellos mismos sean los que desarrollen soluciones de acceso energético en su propio entorno», añade.

Este es solo el primer proyecto de la Alianza Shire, pero sus integrantes tienen la intención de seguir trabajando para mejorar las condiciones de vida de los refugiados. «Desgraciadamente, hay mucho por hacer en el tema de refugiados y población desplazada», lamenta Pastor. «Estamos a disposición de ACNUR, que es quien mejor conocer las necesidades y circunstancias de cada campo de refugiados», asegura. «En cualquier caso, y a la luz de la experiencia lograda, tenemos que debatir y consensuar entre los socios cual puede ser la línea prioritaria de actuación a futuro».

Adicionalmente, todo el conocimiento generado con esta primera experiencia servirá para continuar trabajando en otros campos de refugiados. El Centro de Innovación en Tecnología para el Desarrollo Humano de la Universidad Politécnica de Madrid ha sistematizado toda la información generada en una plataforma.