Bajo el lema Queremos comprender el mundo, idea fuerza del Congreso Estatal de Accesibilidad Cognitiva que se celebrará en nuestro país este mes de octubre, personas con discapacidad intelectual de Plena Inclusión Aragón así como representantes de esta agrupación de 38 entidades aragonesas, visitaron el pasado lunes el Ayuntamiento de Zaragoza, donde fueron recibidor por la vicealcaldesa Luisa Broto.

Con esta acción, el movimiento asociativo de Plena Inclusión quiere hacer visible a la sociedad la importancia de la accesibilidad cognitiva. Según la Organización Mundial de la Salud, el 30% de la población mundial tiene dificultades para comprender algunos tipos de información. Este colectivo no solo incluye a personas con discapacidad intelectual o del desarrollo; también abarca a personas mayores, extranjeras con escaso dominio del idioma, con bajo nivel cultural o niños.

Las 11 personas con discapacidad intelectual que participaron en este acto reivindicativo son miembros de los grupos de valoración de la accesibilidad cognitiva y autogestores de Plena Inclusión Aragón.Dos de ellas leyeron un documento donde se explicó qué es la accesibilidad cognitiva y solicitaron a los responsables políticos del consistorio un mayor compromiso con esta materia. En concreto, se pidió que la documentación oficial pueda obtenerse en lectura fácil, que los espacios públicos tengan la accesibilidad cognitiva asegurada y que los servicios municipales también se presten teniendo en cuenta las necesidades de este colectivo.

Las personas con discapacidad intelectual de Plena Inclusión Aragón consideran que la celebración de un Congreso Estatal de Accesibilidad Cognitiva es una cita histórica, pero además están convencidos de que en cada pueblo y ciudad de nuestro país se debe trabajar todos los días para transformar la sociedad y «lograr comprender el mundo».

Además de la lectura del texto, se hizo entrega a Luisa Broto de un cartel sobre el Encuentro Estatal de Accesibilidad Cognitiva y de una tuerca, símbolo de que los políticos deben de «dar una vuelta de tuerca» a la forma en la que se concibe cualquier servicio, edificio o información.