El carnaval de Río de Janeiro cuenta con algunos invitados curiosos. Algunos de carne y hueso, como Diego Armando Maradona y el productor Quincy Jones, que acabó asegurando que quería comprarse la antología completa de la samba. Jones, de 72 años, fue uno de las personajes destacados en la carroza titulada De las bodegas (de los barcos negreros) a la gloria de una raza, una de las que la comparsa Portela llevó al Sambódromo para un desfile dedicado a resaltar las características de la población brasileña.

Otros invitados son casi espectrales. En este último grupo se encuentra Sadam Husein, cuya imagen planeó a través de una proyección durante el desfile de la escuela Mocidades, que repasó sus 50 años de vida. La última noche de carnaval acabó entre psicofonías carcelarias y una copiosa lluvia que refrigeró a las más de 70.000 personas que se licuaban en el sambódromo.