La enfermera del Ejército británico Anna Cross, que contrajo el ébola en Sierra Leona e ingresó en un hospital de Londres el pasado 12 de marzo, ha sido dada de alta este sábado tras haberse recuperado de la enfermedad.

La sanitaria, de 25 años, fue la tercera ciudadana británica contagiada por el virus y es la primera persona en el mundo que ha recibido un tratamiento experimental para el ébola basado en el fármaco MIL 77. Este tratamiento es similar a la medicina denominada ZMapp, con la que fue tratado meses atrásel enfermero británico William Pooley, quien también se recuperó de la enfermedad.

Cross ha asegurado en una rueda de prensa que no sabe cómo se pudo contagiar y ha agradecido los cuidados del personal sanitario que le ha tratado en el Royal Free Hospital de la capital británica. "Gracias a ellos estoy viva", ha dicho Cross, que ha subrayado que si no hubiese sido por el Servicio Nacional de Salud (NHS) y las Fuerzas Armadas británicas "no estaría hoy aquí".

FRESAS CONTRA LA ENFERMEDAD

La enfermera ha admitido que lloró cuando supo que estaba curada del virus y ha afirmado que "comer fresas" le ayudó a superar la enfermedad. Además, ha reconocido que todavía necesitará un tiempo "prolongado" para recuperarse por completo y que le gustaría seguir involucrada en voluntariados con el Ejército, aunque ha matizado que desconoce si podrá volver a Sierra Leona.

Cross, originaria de Cambridge, ha destacado que espera tener la oportunidad de hacer "cosas normales" como "ingerir comida" o "ver la televisión" pronto.

La mujer se alistó en las reservas de la Armada británica en 2013 como enfermera y se ofreció voluntaria para tratar a los pacientes con ébola en Sierra Leona, país al que llegó el pasado mes de febrero. Cross fue repatriada al Reino Unido en un avión militar el 12 de marzo, tras conocerse que estaba infectada por el virus.