Para Maurizio Lazzarato en La fábrica del hombre endeudado, la deuda actúa como mecanismo de "captura", "depredación" y "extracción" sobre la sociedad en su conjunto, como un instrumento de mandato y gestión macroeconómicos y como mecanismo de redistribución de la renta. El neoliberalismo, desde su aparición, ha descansado sobre la lógica de la deuda. Los grupos de poder se han servido de la crisis financiera para extender y profundizar en la política neoliberal; y amenazando con una visión apocalíptica del impago de la deuda soberana, perseveran y profundizan en un programa ansiado desde los años 70 del siglo XX: reducir salarios y pensiones al mínimo imprescindible, eliminar derechos socio-laborales y recortar el Estado de bienestar.

En lugar de capitalismo financiero o economía financiarizada parece más apropiado el término "economía de la deuda", ya que todo gira en torno a ella. Toda la problemática política actual en Grecia en última instancia está basada en la deuda. Los brutales recortes sociales en España nos los justifican y en gran parte los asumimos por la deuda contraída, de la que nos han hecho sentir culpables y por nuestro pecado debemos soportar una cruel penitencia. La deuda es un auténtico fetiche, a cuyas órdenes está todo supeditado, desde personas, servicios públicos, y la misma naturaleza, etc. La economía de la deuda sirve para realizar plenamente el sistema de gobierno sugerido por Foucault, para cuyo ejercicio es necesario tener el control de lo social y de la población convertida en población endeudada. Esta condición es imprescindible para poder gobernar, pero es ya un régimen autoritario y ya no democrático.

Fijémonos sobre la deuda pública en España que a fines de 2014 supera el billón de euros, un 97,70% del PIB. Impagable. Jordi Calvo en El gasto militar agudiza la crisis en España de 28 de enero de 2015 aclara que a deuda hoy en el Ministerio de Defensa por la adquisición de armas por los Programas Especiales de Armamento (PEAS) es de 34.000 millones de euros. El déficit de la tarifa eléctrica alcanza los 25.000 millones de euros, y a la vez se perdonan a las Eléctricas 3.500 y se indemniza con 1.350 a la Plataforma Castor. Las entidades financieras tienen una alta responsabilidad en nuestra deuda pública, por los rescates como el de Bankia y porque compran deuda pública con los créditos del BCE a muy bajo interés. ¿Y los sobrecostos añadidos al presupuesto inicial en mucha obra pública?

Una sociedad democrática hace ya tiempo que hubiera exigido una auditoría de la deuda pública, para conocer qué parte es odiosa o ilegítima. La presidenta del Parlamento griego, Zoé Konstantopoulou, acaba de anunciar la constitución de una comisión de auditoría de la deuda pública griega. Si aconteciese lo mismo en España, obviamente en estricta justicia, el Estado español, es decir todos los españoles estaríamos exentos de pagar esa deuda odiosa, y deberíamos exigir responsabilidades a quienes la contrajeron. ¡Qué menos! Luego se debería realizar una reestructuración pactada del resto de la deuda. Cuestión descabellada en la Unión Europea, pero no en otras latitudes, ya que acaba de aprobarse por 124 votos a favor (ninguno de Europa, salvo Federación Rusa), 11 en contra (entre ellos Alemania, Japón, Reino Unido y Estados Unidos) y 41 abstenciones (20 países de la Unión Europea) el pasado 9 de septiembre en sesión plenaria de la Asamblea de Naciones Unidas una resolución presentada por el Grupo de los 77 y China, para contar con un marco legal que establezca reglas eficaces y transparentes para lograr procesos de reestructuración de la deuda soberana ordenados y previsibles.

La resolución Llorenty Solíz de Bolivia la defendió así: "El problema de la deuda y su reestructuración no es solo un problema financiero, judicial o solo un problema jurisdiccional; es un problema que concierne a todos los países, sin distinción. Es un problema relacionado con el crecimiento, el desarrollo y los derechos humanos. Hoy le toca a la Argentina, pero otros muchos países han sufrido antes la misma conducta depredadora, y continuará si no actuamos ya". El representante de Venezuela señaló que un tema gravísimo para los países endeudados es el de los fondos buitre, dedicados a comprar deudas de Estados y empresas al borde de la quiebra, por un 20% al 30% de su valor nominal para luego litigar por el pago del 100% de su valor. Sin duda, estos fondos responden a la lógica egoísta del capitalismo que solo busca el fácil enriquecimiento de unos pocos en detrimento de los más vulnerables".

El representante de USA para justificar su voto en contra adujo, en una mezcla de desfachatez y cinismo, que la creación de un mecanismo jurídico para la reestructuración de la deuda generaría incertidumbre en los mercados financieros, lo que acarrearía dificultades de financiación. El italiano Lambertini como portavoz de la UE, que se abstuvo, señaló la importancia de la reestructuración de la deuda soberana, ya que ellos se han visto afectados gravemente por ella, como acreedores y como deudores. Sin embargo, expuso sus reservas sobre el fondo, el proceso de aprobación, y por la rapidez de una propuesta tan compleja.

* Profesor de instituto