El momento de la legislatura es crucial. Mucho de lo que vemos y oímos hay que leerlo en clave de cálculo electoral; de minimizar daños. Solo así se explica la alegría desbordante tras el acuerdo de Opel. Es desconcertante que un Gobierno socialista no lamente el retroceso en derechos de los trabajadores. Se agarra al acuerdo como un mal menor, como una vía para evitar medidas dramáticas en la planta de Figueruelas con consecuencias imprevisibles, también en las futuras elecciones. Se anuncia la reforma del ICA. Lambán dice que será más justo. Admite entonces que hasta ahora no lo era. El secretario general de la Unión de Consumidores, José Ángel Oliván, anima a recurrir el ICA. El impuesto se cobra desde hace años en los pueblos, donde no se conminó a nadie a manifestarse. Oliván, militante de base del PSOE, apoyó a Carmen Dueso en las primarias en las que se midió a Lambán. Más sobre el ICA: el impuesto lo aprobaron PP y PAR, que se han puesto de perfil. Están desaparecidos. Si alguien los ve que avise. Sobre todo al PAR, responsable del fiasco del plan de depuración. Normal que estén calladitos. El ICA es para pagar ese pufo. Podemos exige ahora la derogación del ICA. De haberlo pactado con el PSOE hace meses, ahora el ICA no existiría. Y vienen también los de Ciudadanos a prometer no sé qué sobre la despoblación. Lo dicen los que hace dos días querían finiquitar ayuntamientos. Oigan, tomen medidas ya, que están gobernando con Rajoy. Y sobre Sucesiones lo mismo. Lo que hay que oír. Y todo por lo mismo.

*Periodista / @mvalless