El Real Zaragoza se coló ayer en la promoción de ascenso a Primera División. Aunque fue incapaz de ganar a un combativo Leganés, los zaragocistas se beneficiaron del empate del Alcorcón en el campo de su rival por la sexta y última plaza de acceso a los playoff, la Ponferradina.

Aunque a principio de campaña el equipo estaba por construir, dadas las limitaciones salariales para los fichajes y la tardanza en la configuración de la plantilla por el cambio de titularidad del club, a mitad de campaña se vio claro que había mimbres para pelear por el ascenso. La irregularidad del equipo le llevó a jugárselo todo en una última jornada cargada de tensión.

El Zaragoza dio ayer imagen de llegar fundido al final de la campaña, con continuos problemas físicos que han mermado la plantilla y han desquiciado a su técnico. La situación, no obstante, no debe ser óbice para que los hombres disponibles se dejen la piel por unos colores que siguen contando con una de las aficiones más numerosas del fútbol español. Se ha demostrado este año, pese a las deficiencias en el juego por las carencias de una plantilla desequilibrada, con entradas notables para lo que ofrecían los jugadores.

El rival en el primer cruce de la promoción será el correoso Girona, enrabietado tras verse apeado del ascenso directo al ceder un empate en su campo ante el Lugo, con polémica e incidentes. En la temporada regular, el Zaragoza se impuso al equipo catalán en La Romareda y cosechó un meritorio empate a domicilio, pero se trata de un conjunto rocoso, que ha obtenido 21 puntos más y nada menos que trece victorias fuera. Como todas las eliminatorias de ida y vuelta la historia se escribe en un folio en blanco, donde los antecedentes sirven de poco. Sobre todo teniendo en cuenta que además del fornido conjunto gerundense, por el ascenso pujan también dos de los equipos que mejor fútbol han practicado en la categoría: Valladolid y Las Palmas.

Aunque el objetivo parezca cumplido con este playoff, una institución como el Zaragoza tiene que darlo todo para recobrar la categoría que merece por prestigio, historia, ciudad y afición. Los jugadores disponen de cuatro días para recuperarse y, sobre todo, para conjurarse, viéndose en el espejo de otro club, el Córdoba, que el año pasado parecía la comparsa de la promoción pero que acabó consiguiendo el ascenso.