El refranero popular es sabio en muchos de sus dichos. Y aquel de "renovarse o morir", que tiene su origen en una frase atribuida en su día a mi querido antepasado Miguel de Unamuno, "el progreso consiste en renovarse", es hoy, más valioso que nunca. Porque si algo es saludable en la vida es el cambio, y a veces, si este es radical, mejor todavía, es momento de posibilitarlo. Un cambio de actitud de los partidos es vital, y más si se tiene en cuenta que no han sido capaces de llegar a un acuerdo, y que estamos a dos días de recoger, muy probablemente, unos resultados electorales muy similares a los de los primeros comicios. Sería interesante ver cómo las fuerzas políticas consensuan proyectos, apuestan por la búsqueda del bien común y trabajan de verdad por el futuro de España. Así como la gran mayoría de los partidos coinciden en la necesidad de plantear una reforma del Senado para que sea un ámbito de debate de las políticas de las autonomías, así, en comandita, deberían empezar a proceder en el desarrollo de las diversas políticas nacionales, pensando en una España unida frente a los problemas. Importante es entonces, ser conscientes de la relevancia de esta segunda ronda de votaciones, pues en ellas se decide, como apuntaba acertadamente Lambán, "qué modelo elige la sociedad para la crisis", y en ese elegir, es de suma relevancia, considerar que la mejor manera de salir del abismo, no es "permitir que España se fracture" como proponen algunos como Iglesias.

Periodista y profesora de universidad