El Zaragoza está lejos de cerrar la plantilla que deberá competir la temporada 2011-12. Le preocupa a la afición y le ocupa, sobre todo, a Javier Aguirre, que el lunes acabó el partido frente al Espanyol con una chavalada sobre el césped que no está en las cuentas del mexicano para sacar adelante la temporada. Tampoco otros como Obradovic, rey por un día, podrán reconducir su futuro. "Me voy a marchar pronto", admitió tras el partido a Aragón Televisión. Casi a la vez, su técnico decía algo parecido en la sala de prensa: "Si llega Barrera, Obradovic se irá. Ivan ya sabe su situación desde hace tiempo". Por ahí se abre la puerta de salida que dejará entrar al siguiente, con el que se volverá a cerrar el cupo de extracomunitarios.

El tiempo se agota, pero el Zaragoza sigue en plena reconstrucción, al tiempo que confía en que la huelga promovida por la AFE conceda una prórroga inesperada con la que darle un poco de aire al equipo. Falta expresión, sobre todo arriba, zona delicada por naturaleza. El club no logra poner remedio al desaliento general y pide ayuda. Representantes de medio mundo contactan estos días con Agapito y los técnicos de la entidad aragonesa. ¿Qué quieres? Búscame un delantero. No hay manera. El Zaragoza se va a plantar en la primera jornada de Liga, si no hay huelga que lo remedie, sin solucionar los graves problemas que tiene con el gol.

Había unos cuantos agentes el otro día en La Romareda. Portugueses, italianos, mexicanos, argentinos... El Zaragoza está abierto a todo, manda la necesidad. Van cayendo los fichajes, pero sigue faltando un director de orquesta, como poco, y un par de delanteros con cuajo. Hay que contar, además, con las posibles salidas de Lafita y/o de Uche, extrañamente desaparecido del Carlos Lapetra. "Quería ver a Ortí", explicó Aguirre. Pero es raro. El nigeriano, eso sí, llegaba de jugar ante el Numancia un partido espantoso.

Queda lo difícil, lo más caro. El encargo ha quedado hecho a todos los representantes de cabecera del Real Zaragoza, abanderados por Jorge Mendes, estrella del verano en el fútbol español y, por supuesto, en La Romareda. Su propuesta (Hugo Almeida) parece la más sólida. El encargo es arduo. Los agentes deben buscar goleadores experimentados que lleguen cedidos o gratis. El club aragonés, sin el archifamoso fondo de inversión, no tiene capacidad de pelea. Pero todos se han puesto a la búsqueda del ariete. Aquí hay negocio, seguro.