No suelen arrancar los nuevos ciclos con la venta de algunos de los mejores jugadores del club. Ni es plato de gusto ni recomendable para ganarse la confianza general del aficionado de casa. Pero el caso del Real Zaragoza, como de sobra es sabido, es bien particular. Se acaba de salvar de la desaparición con el sonido de la campana sobre el fondo y necesita normalizar sus cuentas, a la par que su prestigio, para empezar a recuperar puestos en el fútbol español. Por eso firmó ayer las ventas de Álvaro González y Paco Montañés en una operación que se cierra en torno a los 2,1 millones de euros y en la que halla más ahorro que ingreso real.

Esa cantidad sirve para acabar con la deuda que mantenía el club aragonés, tanto con los jugadores como con sus clubs de procedencia, el Racing de Santander y el Alcorcón, con los que, además, tenía una plusvalía comprometida desde que formalizó sus fichajes (el 30% en el caso del central y el 15% en el del extremo).

Asimismo, en las oficinas se habla en modo ahorro al no tener que hacer frente a sus fichas, que entre ambos superaban el millón de euros por temporada, una cantidad inasumible en la nueva realidad zaragocista. Se sabe que el club tiene que moverse este año en un presupuesto muy ajustado y que la Liga de Fútbol Profesional le ha puesto, de entrada, un límite de 2,5 millones de euros de gasto para toda la plantilla.

Los cálculos se hacen fáciles. Si la plantilla suele tener unos 20 jugadores, el sueldo medio tendrá que ser de 120.000 euros aproximadamente. Si a eso se le añade que deberá haber algún jugador que estará por encima de esa cifra --los que pongan el talento, la experiencia o el gol--, desde el Real Zaragoza se tienen que ajustar todavía más las cuentas.

LA REVISIÓN MÉDICA Ayer solo faltaban por llegar las garantías bancarias que aseguraban a Álvaro y Montañés cobrar lo que no le han perdonado al Zaragoza. Una vez conocido por la mañana que todo estaba en su sitio, a las 17.40 horas tomó Álvaro un AVE con dirección a Barcelona, adonde Montañés llegará a primera hora de la mañana de hoy. Después serán presentados por su nuevo club, el Espanyol, en el que jugarán las próximas temporadas. Si pasan el reconocimiento médico, previsto para las 8.45 de la mañana, Álvaro firmará un contrato que le unirá al club catalán por cinco años y Montañés lo hará por cuatro.

Se acaba así la etapa zaragocista de dos futbolistas a los que se intuyó más de lo que ofrecieron en La Romareda. Si bien es cierto que les ha tocado afrontar la peor etapa económica de la historia, su rendimiento ha sido irregular durante las dos temporadas en el club. En la web oficial, el club les dio ayer las gracias y recordó algunas de sus cifras. Álvaro ha vestido la camiseta blanquilla en 72 encuentros de Liga, consiguiendo 2 goles. Montañés, por su parte, ha participado en 74 partidos ligueros y ha marcado 9 goles.