--Partido especial, claro.

--Sí que lo es, estuve en el Zaragoza dos años y conozco mucha gente. Siempre que se juega contra un exequipo hay ese carácter. Es bonito y especial.

--Estuvo hasta el 31 de agosto. Puede ser el mejor informador de Fabri, su entrenador.

--(sonríe). No creo que haga falta. El míster sabe y conoce a la perfección todo del Zaragoza. Sabe cómo nos jugarán, seguro.

--Dejó el Zaragoza el último día del mercado, casi a escondidas y sin despedirse.

--Escondido nunca, porque no hay nada que esconder. Todo se dio el último día, yo estaba marchándome con la selección y tuve que retrasar ese viaje porque se abrió esta opción de ir al Villarreal y cedido al Granada. Fue muy rápido todo, solo eso.

--¿Le queda alguna espina clavada por no triunfar en el Zaragoza? El club hizo una apuesta muy fuerte por usted en el 2009, unos seis millones de euros.

--No sé si lo llamaría una espina clavada, pero todo lo que quise darle al Zaragoza no salió. Me lesioné casi nada más llegar y no tuve suerte, está claro. No es lo que quería y no me puedo sentir orgulloso, pero salió así y hay que aceptarlo.

--¿Le guarda rencor a alguien en el Zaragoza?

--No le guardo rencor a nadie. No me salieron las cosas, quería triunfar y no lo hice, pero así es la vida. Pasaron muchas cosas en mi etapa en el Zaragoza, hubo un componente económico, pero también un poco de todo. Además, la inestabilidad que vive el club por supuesto que no ayuda a nada ni a nadie, pero no le doy más vueltas.

--¿A qué se refiere cuando habla de muchas cosas?

--A nivel personal, por la lesión y porque las cosas no salieron como quería, y después por el club, que estaba pasando y pasa por un momento difícil, de muchos problemas económicos.

--Usted es uno de los acreedores. ¿Que el Zaragoza le debiera dinero influyó en que se quisiera ir?

--Es verdad que se me adeudan cantidades, pero eso no tuvo influencia en mi salida. El club me indicó que no podía seguir, aunque yo hice ver mi interés en continuar. Tenía contrato y quería hacerlo, pero ellos pensaban que, en las condiciones que tenía en el Zaragoza, no podía continuar. Y ahí se acaba todo.

--Es fijo en el Granada, pero solo ha marcado un gol.

--Estoy jugando, pero no me están saliendo las cosas por ahí, aunque creo que al final saldrán. Tengo plena confianza en ello. Día a día trabajo muy duro para eso.

--En La Romareda también solo anotó un tanto. La etiqueta de que es un delantero con pocos goles está justificada, ¿no?

--Mire, en mi posición es fundamental hacer goles. Es lo que quiero y es una pena que últimamente no estoy teniendo la suerte. Pero no tengo que tener ansiedad ni pensar demasiado en ello, solo debo tener fe en mis condiciones para cambiar esa racha.

--La afición del Granada le pitó por ese escaso acierto ante el gol y Fabri salió en su defensa. No sería agradable escuchar esos pitos...

--Fue un poco triste, claro. No es lo que quiero, pero respeto a la gente. Ve algo que no le gusta y lo manifiesta. Me tocó a mí y debo trabajar para cambiar eso, que no es agradable de vivir. Sé que el equipo y el entrenador están conmigo y estoy muy agradecido por ese respaldo.

--¿Cómo ve al Zaragoza? Llega a Granada en descenso.

--Es duro estar en esa zona, pero en el Zaragoza son capaces de salir de ahí. Ya han demostrado su nivel y, en la Liga, si ganas dos partidos haces brecha con los de abajo. Yo creo que tienen un equipo para salir de ahí y para lograr la permanencia.

--En todo caso, la película en el Zaragoza es similar a las que vivió usted estos dos años, con Gay y con Marcelino, cuando estaba en La Romareda.

--Por eso también se puede asegurar que aún es temprano y que se puede reaccionar. Te metes ahí y es preocupante, pero queda margen. No sé lo que está sucediendo en esta temporada, en las dos anteriores sí que influyó la inestabilidad que se vive allí. Eso no ayuda en nada. Sin embargo, son profesionales en esa plantilla y saben que tienen que aislarse de todo para tratar de salir de abajo.

--A Aguirre también lo conoce bien. No vive su mejor momento.

--En mí confió plenamente. Fueron solo unos meses cuando jugué tras la lesión, pero es un buen entrenador, que aconseja y ayuda. Confianza en Aguirre hay que tener, ya demostró su trabajo, pero los resultados son los que marcan en el fútbol, mucho más en su puesto.

--Postiga fue su relevo en ataque. Cuando usted se fue, llegó él y también le costó empezar a hacer goles. Ahora lleva cuatro.

--Es que siempre cuesta adaptarse cuando llegas a un sitio. Postiga es un buen delantero, con mucha calidad y con llegada.

--La última: en su quiniela del descenso no estarán ni el Granada ni el Zaragoza, ¿no?

--Me da igual cuáles de los otros bajen, pero quiero que se salven los dos, el Granada y el Zaragoza. Siempre voy a desear lo mejor para el Zaragoza.