El número de productos peligrosos retirados del mercado europeo no deja de aumentar. En el 2014, el sistema europeo de alerta rápida identificó un total de 2.435 productos peligrosos para los consumidores, lo que significa un 3% más que el año anterior. Pese a la existencia de una comisión trilateral entre China, la Unión Europea y Estados Unidos para mejorar la seguridad y los controles, el grueso de los productos (64%) siguen procediendo de este país asiático. España, según el informe anual presentado ayer, se mantiene como tercer país con mayor número de notificaciones.

España fue de nuevo en 2014 el país de la UE que más avisos transmitió, con 478 comunicaciones al Sistema Europeo de Alerta Rápida (RAPEX), según el informe anual de la CE. De ellas, 280 correspondían a notificaciones, y 198 a acciones de seguimiento.

El análisis muestra una vez más que la mayoría de las alertas están relacionadas con juguetes (28%) y productos textiles (23%). Les siguen aparatos eléctricos (9%), vehículos a motor (8%) y artículos de puericultura (3%). Los riesgos más comunes para los consumidores, si llegaran a utilizar los productos retirados, van desde heridas o lesiones a causa de la escasa estabilidad de los productos o a elementos cortantes, hasta intoxicaciones químicas (por la inclusión de agentes como ftalatos) y ahogamiento (por la existencia de piezas pequeñas muy peligrosas para los menores de 36 meses).

La comisaria europea de Consumo, Vera Jourová explicó ayer en rueda de prensa que la Unión Europea (UE), China y EEUU han empezado a trabajar a nivel trilateral en el ámbito de la seguridad de los productos.

Además, informó de que se ha puesto en marcha un mecanismo específico de alerta entre los Veintiocho y China que, confió la comisaria, ayuden a mejorar la situación.

"Europa debe estar orgullosa de contar con los mayores niveles en materia de seguridad", dijo la comisaria, que advirtió de que en el último año se ha producido "un aumento de notificaciones relacionadas con productos comprados en línea", e indicó que la CE está preparando una serie de directrices para resolver esta situación.

En el 2003, año en que se puso en marcha RAPEX, en la UE se detectaron 200 alertas de productos peligrosos.