Las paulownias o paulonias, un género de árboles de origen asiático, todavía muy desconocidos en España, se están haciendo un hueco en el sector europeo de los cultivos forestales por su extremada capacidad de crecimiento. Ni los eucaliptos ni los chopos le hacen sombra. «En unos 8 o 10 años tras la plantación ya están listas para ser taladas y para utilizar su madera», explica Manuel Esteban Lucas, investigador de la Universidad de Castilla-La Mancha, en Albacete, que lleva a cabo diversos estudios para evaluar la velocidad vegetativa y el interés comercial. Para un pino rodeno, por ejemplo, se necesitan varias décadas para que sea rentable la tala.

En Extremadura, Castilla-La Mancha y Huelva, entre otros territorios, se ha empezado la paulonia a plantar como una prometedora alternativa a productos agrícolas. Al margen de su velocidad de crecimiento, la madera de paulonia destaca por su «ligereza, manejabilidad y resistencia», afirma Neus Aletà, investigadora en tecnología agroalimentaria. Estas características son óptimas para tablas de surf y esquí, instrumentos musicales, persianas y elementos del sector de la automoción. «Aunque la gente no lo sepa, muchos muebles ya llevan algún componente de paulonia», prosigue Lucas.

Los planteros que se venden en maceta miden entre 15-20 centímetros y llegan a unos cuatro metros en menos de cinco meses, dice el productor Josep Maria Grau, responsable de la empresa In Vitro Paulownia 112, que comercializa un híbrido de desarrollo propio con un rendimiento muy elevado.

Para el extranjero

Si las condiciones son propicias, los ejemplares que se venden en maceta miden entre 15-20 centímetros y, una vez plantados en el campo en primavera, llegan a unos cuatro metros en menos de cinco meses, pone como ejemplo Josep Maria Grau. «Todos los que lo prueban quieren luego aumentar la plantación», comenta Grau, quien recuerda que el 80% de la producción se va al extranjero. «Aquí es una gran desconocida, pero nosotros ya vendemos a 20 países -añade-. No es una madera noble como el roble, pero tiene muchas aplicaciones».

Árbol exótico

«Pese a ser un árbol exótico, en España no ha demostrado capacidad invasiva -añade Grau-- Tampoco agota el suelo, como sí hace el eucalipto». La obtención de madera es el objetivo esencia del cultivo de paulonias, aunque se trata de árboles también muy interesantes para frenar la erosión del suelo e incluso como herramienta para mitigar el cambio climático debido, como admite la ONU, a su gran capacidad para absorber el carbono atmosférico. Finalmente, también son muy atractivos como árboles urbanos debido a sus vistosas flores violetas, especialmente la especie Paulownia tomentosa .

En cambio, debido a la gran cantidad de ceniza que genera y a las trabas a las renovables en España, su uso para combustible de calderas quizá no sea tan prometedor como se había previsto en un principio.

El cultivo de paulonia está documentado desde hace al menos 2.000 años en China. Además, hoy en día se planta sobre todo en Asia (Corea, Japón, Vietnam, Camboya) y en menor medida en EEUU, México, Brasil, Australia o Italia. Se cultivan unas 600 plantas por hectárea.