En tiempo de crisis, hasta la sangre puede ser un buen negocio. Víctor Grifols, presidente de la farmacéutica multinacional catalana de hemoderivados del mismo nombre, pidió ayer al Gobierno que permita el pago de donaciones de sangre, como ocurría hasta 1985, y fijó su mirada en los parados que podrían obtener así unos ingresos extra que sumar al subsidio de desempleo. Esta actividad, según explicó Grifols en la prestigiosa escuela de negocios ESADE, permitiría a los donantes obtener entre 60 y 70 euros por semana. Incluso fue más allá: si los 147 centros de donación de plasma que la empresa tiene en EEUU, donde se paga a los donantes, se instalasen en España, se podrían generar entre 5.000 y 6.000 puestos de trabajo.

Grifols justificó esta petición con el argumento de que es arriesgado confiar a la importación las reservas de plasma y se preguntó qué pasará si un día EEUU, proveedor del 80% de este material, deja de exportar.

"El sistema europeo, y mucho antes el español, lo mismo que en el caso de órganos y tejidos, está basado en la donación voluntaria y altruista. Y así seguirá", zanjó ayer mismo un portavoz del Ministerio de Sanidad. El pago por las donaciones y la comercialización de cualquier parte del cuerpo humano, según el departamento de Ana Mato, está prohibido y penado por dos leyes, dos directivas de la UE y tres decretos.

MAYORES GARANTÍAS Los legisladores han entendido que no se puede poner precio a la solidaridad y que la venta contribuiría a un comercio inhumano en el que los más débiles se llevarían la peor parte. Incluso se favorecería la criminalidad y el mercado negro de plasma. Además, según las autoridades sanitarias, la donación altruista permite unas mayores garantías. "Nadie --explicaron-- va a ir a donar sangre sabiendo que puede transmitir una enfermedad, a no ser que se trate de un psicópata. En cualquier caso hay controles".

La Federación Nacional de Donantes de Sangre advirtió de que autorizar la compraventa de sangre sería "un desastre absoluto" en el sistema altruista, voluntario y no remunerado que funciona con éxito en España desde hace años. Y de manera segura, ya que los estudios demuestran que el riesgo derivado de un vendedor de sangre es 15 veces superior al de un donante. "La propuesta de Grifols es aberrante, una barbaridad", aseguró indignado el presidente de la federación, Martín Manceñido. Y apuntó que las asociaciones de donantes de toda la UE están trabajando para reforzar la actual legislación y contrarrestar las presiones de alguna industria para que se liberalice la compraventa ante las perspectivas de futuras terapias mediante el plasma.