El desembarco de Ikea en Zaragoza ya huele a conquista. Apenas faltan 48 horas para que la multinacional sueca de mobiliario y decoración del hogar abra sus puertas en Zaragoza, una cita que alegra a los consumidores pero preocupa a los dueños de pequeños comercios que pertenecen al mismo sector, sobre todo a los que se dedican a vender artículos de menaje y textil para la casa.

Desde la Cámara de Comercio e Industria de Zaragoza apuntan que, de todos los afectados por la llegada de la firma sueca, los fabricantes y distribuidores de muebles son los que más confianza atesoran. Sin atreverse a cuantificar la incidencia en cifras, el presidente de la Asociación de Comerciantes de Muebles de Zaragoza y Aragón (ACOMZA), Santiago Bolea, quiere transmitir un mensaje de tranquilidad. "No es para tanto. Aquí, el mundo del mueble es muy estable, con fabricantes y establecimientos arraigados en la sociedad aragonesa, que aprecia y reconoce su profesionalidad y a la que ofrecen un sinfín de soluciones y productos para las necesidades de cada cliente", explica Bolea. "Además, las diferencias con esta gran superficie son muy claras. Las tiendas de aquí cuentan con un asesoramiento profesional personalizado, ocupándose de todo el proceso que conlleva la creación del hábitat, incluyendo el transporte adecuado e instalación del mobiliario", detalla.

Con idéntico tono de serenidad se expresa Antonio Fandos, consejero de la franquicia La Oca en Zaragoza. "Por mucho que nos gusten las hamburguesas, no las cambiaríamos por un restaurante de cinco tenedores", compara Fandos, aunque reconoce que las ventas bajarán los primeros tres o cuatro meses por la novedad.

Para Muebles Rey, la apertura de Ikea en Zaragoza es "positiva", porque "estimula la oferta y beneficia al consumidor", opina Ángel López-Coronado, director de márketing de Rey Corporación. Esta firma, que conquista más de 350 millones de euros de ventas anuales en toda España --con una participación de mercado nacional del 5% y una cuota del 33% en el aragonés-- se instalará junto a Ikea en Puerto Venecia sin temor porque trabajan "en diferentes segmentos de mercado". El Grupo Rey, que cuenta con 19 puntos de venta en Aragón y 150 en toda España, gestiona Tuco y Fly, que ofrecen primeros precios en mueble económico, joven y complementos.

Dioscórides Casquero, director de Promoción Empresarial de la Cámara, argumenta este escaso riesgo que contemplan los vendedores de muebles basándose en la especialización, accesibilidad y concentración del sector en zonas como la autovía de Logroño o la avenida de Madrid. "Hay mucha gente de Zaragoza que ya compra en Ikea de otras ciudades, así que no supone pérdida de clientes. Los habitantes de provincias limítrofes que visiten Ikea no son clientes habituales del pequeño comercio aragonés, y los jóvenes e inmigrantes a los que les gusta por estilo y precios, tampoco", expone.

En cuanto al textil y los complementos del hogar, Carlos, responsable de la tienda Hogar Básico, se muestra pesimista pero no se rinde. "La ciudad va a dar un vuelco comercial terrible en los próximos años. Aunque queramos, no podemos competir con un monstruo como Ikea porque es imposible vender por debajo del coste", dice resignado. Pero, como siempre, hay excepciones. El gerente de la tienda Genevieve Lethu en Zaragoza, José Tomás Villalba, se siente tranquilo. "No creo que nos afecte mucho porque tenemos distintos conceptos de los artículos. Nuestro cliente no busca lo mismo que el de Ikea, allí la calidad es menor", asegura.