Enrique Comín y Alberto Martínez, de 61 y 68 años, perdieron la vida en agosto del 2016 cuando llevaban a cabo una de sus pasiones: el ciclismo. Fue en la N-330, a la altura de la localidad zaragozana de Botorrita. El responsable del accidente, Leoncio Moreno Pérez, se sentó ayer en el banquillo del Juzgado de lo Penal número 2 de la capital aragonesa desde el que trató de eludir su culpabilidad puesto que, según declaró, «iba en condiciones para conducir» e, incluso, aseguró que «inició la maniobra de adelantamiento cuando vio a los ciclistas». Sin embargo, se le difuminaron los recuerdos cuando tuvo que explicar el momento exacto del siniestro. Se enfrenta a cuatro años de prisión por dos delitos de homicidio por imprudencia grave y otro contra la seguridad vial.

Tras advertir que solo respondería a preguntas de la Fiscalía, de su abogado defensor y del magistrado Eduardo Marquina, el encausado describrió pormenorizadamente lo que hizo el día anterior a producirse este tragedia en la carretera. Señaló que estuvo comiendo con sus consuegros, con los que tomó dos o tres copas de vino, y que luego asistió a un concierto de Carmen París en el monasterio de Veruela. Allí no probó el alcohol, apuntó. Ya en su regreso a La Muela, localidad en la que residía, Leoncio Moreno Pérez decidió ir a Zaragoza, a continuar la noche de fiesta. Entró en varios bares en los que consumió unas «seis o siete cervezas», según apuntó.

DORMIR EN EL COCHE / Leoncio Moreno Pérez, que fue condenado en el año 2000 por circular bajo los efectos del alcohol, trató ayer de erigirise como un conductor responsable. Para ello, quiso destacar que desde las 03.15 hasta las 08.15 horas durmió en el interior de su turismo. Cuando se despertó decidió ir a visitar a un amigo a Jaca, si bien en el camino a la localidad oscense optó por abandonar esa «insensata» idea y volver a La Muela. Que tomara una ruta más larga a la habitual fue, según él, «porque iba a comprarle el desayuno a su hijo». El accidente se produjo a las 9.50 horas. Un detalle que añadió como novedad frente a otro que suprimió: el accidente que horas antes había tenido a la altura de Zuera cuando colisionó contra una bionda, la dobló y fue en ese momento cuando decidió cambiar el destino previsto.

Sobre el accidente mortal, el procesado insistió en que observó «a lo lejos» a los dos ciclistas y que por ello inició la maniobra de adelantamiento. «No me acuerdo del momento del impacto», afirmó.

Ante esta circunstancia, la Fiscalía le preguntó si «se encontraba en condiciones de conducir en aquel momento y él, de forma fría, le contestó que sí. «Estoy acostumbrado en ir a Madrid y regresar a Zaragoza, viajes en los que paro a descansar si lo necesito, pero en esa ocasión no me hizo falta», apuntó, mientras reconoció que «era evidente» el consumo de alcohol. «Sabía que no podía conducir bebido, todos los sabemos. Por eso me fui a dormir, algo tendría de consciencia en ese momento», insistió. También quiso añadir que aquella noche había bebido, pero no había cenado.

CONDUCCIÓN AUTÓMATA / Tras la declaración del procesado, el juicio continuó con el informe realizado por la Guardia Civil de Tráfico. El instructor del mismo aseveró que el siniestro se produjo en una «recta, con gran visibilidad, sin posibilidad de deslumbramiento y que los ciclistas iban perfectamente posicionados en la vía». «El conductor tampoco iba como un loco, es decir, a una velocidad excesiva y la tasa de alcohol no fue muy alta, por lo que su forma de transcurrir por la carretera podría describirse como autómata», apuntó el agente, al tiempo que resaltaba la posibilidad de que el alcohol y el cansancio de la noche pudieron causarle somnolencia. «Aunque parezca increíble, muchas ocasiones hacemos persecuciones de conductores con sirenas y 25 kilómetros más adelante, cuando conseguimos que estacionen a un lado de la carretera, les abrimos las puertas del coche y se nos caen dormidos», afirmó.

«Lo que está claro es que Leoncio Moreno Pérez no estaba en condiciones de conducir y lo demuestra el momento en el que estamos con él, minutos después del accidente, y nos pregunta en infinidad de ocasiones las causas del accidente», aseveró el guardia civil encargado de la investigación. «Estaba con un shock que no había visto en 22 años de experiencia he visto», apostilló.

Este agente también recordó que en el momento del accidente observó un golpe en el coche en el lado opuesto al de los ciclistas, por lo que inició una investigación para determinar su origen. Descubrió que era el mismo conductor que había tenido un choque en Zuera. Hoy continúa el juicio.