La Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE) descarta que en los próximos días haya que aumentar el caudal de salida del sistema de pantanos del tramo final del Ebro (Mequinenza, Ribarroja y Flix), que continúan con las maniobras de desembalse a 1.800 metros cúbicos por segundo (m3/s). A última hora de la tarde de ayer se logró equilibrar el caudal de entrada con el de salida, en una jornada de desagües extraordinarios que ha podido frenar un episodio de crecida extraordinaria en Cataluña.

A pesar de ello, durante gran parte del día el embalse estuvo a más del 102% de su capacidad y con sus seis compuertas abiertas. Superó de este modo los 121 metros que supone el 100% de su capacidad, aunque hay un resguardo de 124 metros, por lo que el agua se quedó a dos metros de su superficie. Hacía más de veinte años que no sucedía algo igual. El caudal de entrada en el embalse de Mequinenza, resultado de las aportaciones del Ebro aguas arriba, superó durante gran parte del día el de salida pero con un valor de diferencia (200 metros cúbicos por segundo, muy inferior al registrado durante el miércoles, que fue de 700. Esto supuso una ralentización del crecimiento del nivel del embalse, actualmente a un ritmo inferior a 1 centímetro a la vez, y se sigue manteniendo por tanto un margen suficiente de seguridad.

La espectacularidad de ver este embalse, con más de 1.550 metros cúbicos de capacidad, a rebosar supuso un espectáculo y una atracción para gran parte de los vecinos de esta localidad bajocinqueña, que comprobaron cómo se desembalsaba con todas las compuertas abiertas. A ello se sumó la preocupación por el estado del embalse. La CHE, no obstante, indicó que no hay problemas de seguridad y que la situación estuvo en todo momento bajo control.

Desde finales de enero se han vivido en el eje del Ebro hasta tres periodos de crecida, el último de ellos de carácter extraordinario, lo que ha propiciado que desde el embalse de Mequinenza se iniciaran las maniobras aumentando los desembalses hasta los 800 metros cúbicos el pasado 30 de enero, laminando una primera punta que alcanzó hasta los 1.750 en Zaragoza el pasado 4 de febrero. Los desembalses se mantuvieron y se aumentaron en diversos escalones hasta 1.000 metros cúbicos el 16 de febrero y a 1.200 el día 20, 1.400 el día 23 de febrero y 1.550 el día 25 (la jornada en la que se produjeron las precipitaciones más importantes del episodio de crecidas en las cabeceras, realizando una maniobra deanticipación). Se han mantenido así los resguardos destinados a la laminación de las crecidas que se han vivido en el eje del Ebro. Estas maniobras se han realizado en todos los embalses de la cuenca.

Por otro lado, la Asociación Río Aragón denunció que la gestión de Yesa estos días "ha sido nefasta ya que el desembalse previo para dejar sitio se hizo de forma apresurada y en el último momento, generando así una aportación extra al sumarse al pico de riada en el Ebro" y consideró que la CHE "tima" a la ciudadanía.