A diferencia de las estructuras de una casa, que están protegidas, las de La Romareda se exponen a las inclemencias del tiempo y al paso de los años. El coordinador del área de Urbanismo, Miguel Ángel Abadía, puntualizó, ayer, que la falta de mantenimiento en determinados puntos del estadio ha agravado este deterioro.

Las más afectadas desde su construcción en 1957 han sido, sobretodo, las instalaciones metálicas como las torres de iluminación y alguna zona concreta de la cubierta de las tribunas. "Se precisa de una intervención inmediata para subsanar estas pequeñas incidencias" comentó Abadía, aunque aseguró que la situación "no es de riesgo".

Ayer se realizaron tareas de vallado, en puntos concretos del exterior, para el acopio de materiales y el próximo lunes comenzarán los trabajos. Así lo confirmaron, ayer, técnicos de Urbanismo y Sostenibilidad del Ayuntamiento de Zaragoza junto con representantes de la consultora Idom, en una visita a las instalaciones para levantar el acta de comienzo de obras.

Está previsto que los trabajos se alarguen de dos a tres meses, por lo que coincidirán con el primer partido de la temporada entre el Real Zaragoza y el Eibar el 13 de agosto. Abadía aseguró que "las afecciones a la práctica deportiva van a ser mínimas" y añadió que "en todo momento, el primer paso será que no haya riesgo o incidencia para los usuarios". Las zonas de afección en la vía pública irán variando en función del avance de la obra.

El director de la misma e ingeniero de Idom, Alberto Solozábal, indicó que las primeras intervenciones "se realizarán en los pilares de la fachada suroeste". Concretamente, en el anclaje de estos con la cubierta. "También se revisará el amarre entre las parrillas de iluminación, que recogen los focos, y los mástiles", comunicó Solozábal.