Casi una tercera parte del agua que entra en las redes de distribución de los municipios aragoneses se pierde como consecuencia del mal estado de las tuberías o se queda sin facturar por fraudes o errores de medida, según indica la Encuesta sobre el suministro y saneamiento del agua recientemente publicada por el Instituto Nacional de Estadística (INE).

Los datos del estudio indican que en las redes de abastecimiento público entran al cabo del año 153,8 hectómetros cúbicos de los que acaban como recurso "no registrado" un total de 49,5. Ese volumen supone un 32,18% del total.

El documento indica que 37,6 hectómetros cúbicos se pierden 37,6 hectómetros como consecuencia de fugas, roturas y averías.

Paralelamente, otros 11,89 están consignados como "pérdidas aparentes", epígrafe que incluye tanto los consumos estimados como otras distorsiones provocadas por "errores de medida, fraudes u otras causas no físicas" que impiden que sean contabilizados por los suministradores.

El porcentaje de pérdidas que sufren las redes de distribución de los municipios aragoneses supera con claridad al que se da en el conjunto de la media estatal.

MEDIAS Según los datos del INE, el volumen de agua suministrada a la red de abastecimiento público en toda España es de 4.580 hectómetros y la cantidad "no registrada" se sitúa en 1,18, un 25,92% del total.

Por el contrario, el porcentaje de recursos hídricos que acaba malversado por fraude o que se pierde por causas no físicas en Aragón es menor que en el conjunto del Estado. Así, mientras los 11,89 hectómetros anotados en el epígrafe de "pérdidas aparentes" en Aragón supone un 7,73% del volumen que entra en las redes --casi un litro de cada catorce--, el promedio nacional se sitúa en el 8,4%, ya que asciende a 384,7 millones de metros cúbicos de un total de 4.580,6.

EVOLUCIÓN El volumen de agua controlada y distribuida a través de los sistemas de abastecimiento público ha aumentado de manera notable en Aragón --un 35%-- desde el 2004, año que, al menos teóricamente, supuso un punto de inflexión en las políticas de gestión de los recursos hídricos en España con la derogación del proyecto de macrotrasvase al arco mediterráneo: los 113,89 hectómetros que entonces distribuían las redes urbanas han pasado a convertirse en 153,83.

En ese periodo de tiempo también han crecido las pérdidas, tanto en volumen total como proporcionalmente.

Así, las fugas y fraudes alcanzaban en el 2004 un total de 32 hectómetros cúbicos que suponían un 28,11% del recurso que entraba en las redes de abastecimiento urbano. Eran 17,6 millones de metros cúbicos menos, unos cuatro puntos porcentuales menos que en la actualidad.

Numerosos ayuntamientos aragoneses han acometido en los últimos años trabajos de mejora de sus redes de distribución para reducir las pérdidas provocadas por el mal estado de las tuberías. Sin embargo, según indican los datos del Instituto Nacional de Estadística, esas inversiones no han dado, en su conjunto, el resultado previsto.