El acuerdo firmado entre los sindicatos y el Gobierno de Aragón para el pago de la extra en el 2016 estuvo ayer a punto de quebrarse. CCOO, mayoritario en la Administración autonómica, se salió del pacto, y dejó el documento suscrito con un apoyo de solo el 50,09% de la representación de los trabajadores, concretamente la de UGT y CSIF. Son los únicos que confían en que el Ejecutivo abone lo que debe a los empleados públicos desde el 2012, pese a que no va a presupuestar partida alguna el 2016.

Las palabras del director general de Función Pública, Ignacio Zarazaga, hablando más de la posibilidad de pagar la extra en el 2017 que de hacerlo en el 2016 como se había comprometido con los sindicatos, derivó en tormenta ayer por la mañana. CCOO, que había firmado, anuló la rúbrica ante lo que consideran una "tomadura de pelo". "Exigimos la dimisión del consejero, Fernando Gimeno, y de su número dos --Zarazaga--", dijo Francisco González. En opinión del representante de este sindicato no existe "seguridad jurídica" suficiente para que la DGA cumpla sus compromisos. "No es lo que acordamos, y nos sentimos estafados", dijo.

CSIF PRESIONA

Este mismo malestar lo hizo patente CSIF, aunque no llegó a tomar medidas tan extremas. Sigue en el acuerdo, pero se apresuró a pedir explicaciones al Gobierno. "En la reunión que mantuvimos con el director general no se dijo nada de posponer el pago de la extra al 2017, como luego expuso ante los medios de comunicación. Si no tenemos garantías de que se cumplirá lo acordado dejaremos de lado lo pactado", explicó ayer Pablo Asín. Pese a los reparos, no hubo ruptura.

Entre otras cosas porque el Gobierno de Aragón se apresuró a hacer pública una nota de prensa en la que precisaba alguno de los términos del acuerdo, para evitar una desbandada, y sobre todo para matizar las palabras de Zarazaga. Recordaron que en el documento pactado figura un plan de pagos para la recuperación de la extra a lo largo del 2016 en las condiciones que se prevean en la ley de presupuestos de la comunidad autónoma. Para ello, precisaron desde el Pignatelli, se han incorporado en el texto de la norma "sendas disposiciones que le habilitan para abonar la parte no percibida de la paga extraordinaria del 2012 así como para anticipar pagas del año en curso".

El único sindicato que ayer estaba satisfecho era UGT, el más próximo al Gobierno del PSOE. Su portavoz, Alicia Hernández, subrayó que "todos" sabían lo que "estaban firmando" y que "es lo que hay". "No tiene por qué haber ningún tipo de problema, y a lo largo del 2016 se recuperará la extra, según lo acordado", dijo. La representante del tercer sindicato en representación en el ámbito de la Administración autonómica, reconoció que ella misma fue la primera sorprendida al ver que CCOO firmaba el acuerdo. "Ellos están en otra guerra", dijo. "El planteamiento no es irse hasta el 2017, y estoy convencida de que habrá partidas en el presupuesto del año que viene", recalcó.

Cemsatse fue el único sindicato que, tras abandonar la mesa de negociación, ayer mantuvo firme su posición. Lamentó "la intransigencia y falta de un compromiso firme por parte del Gobierno aragonés para devolver a los empleados públicos todos los derechos que han ido perdiendo desde el año 2010".

El sindicato CGT --sin representación en la mesa-- consideró ayer que el acuerdo alcanzado está "vacío de contenido". Y STEA-i lo calificó de "tomadura de pelo".