El papa Francisco ha hecho hoy balance de 2016 en una ceremonia en la que ha pedido que las sociedades abandonen la lógica del privilegio en favor de la del encuentro y propicien una mayor inclusión de los jóvenes para que puedan construirse un futuro digno.

"Si queremos apuntar a un futuro que sea digno para ellos (los jóvenes), podremos lograrlo solo apostando por una verdadera inclusión: esa que da el trabajo digno, libre, creativo, participativo y solidario", ha dicho.

Jorge Bergoglio ha realizado estas reflexiones durante la celebración de las primeras vísperas de la Solemnidad de María Santísima Madre de Dios, una ceremonia solemne que ha tenido lugar en la basílica vaticana de San Pedro y en la que se ha entonado el 'Te Deum' de acción de gracias por el año que termina.

Durante la homilía, el papa ha señalado que las sociedades actuales están en "deuda" con los jóvenes y ha hecho un llamamiento para que se fomente su inclusión.

MARGINADOS DE LA VIDA PÚBLICA

Para Francisco, las sociedades han "creado una cultura que, por un lado, idolatra la juventud queriéndola hacer eterna" pero que al mismo tiempo condena a los jóvenes "a no tener un espacio de real inserción".

"Lentamente los hemos ido marginando de la vida pública obligándolos a emigrar o a mendigar por empleos que no existen o no les permiten proyectarse en un mañana", ha lamentado..

"Hemos privilegiado la especulación en lugar de trabajos dignos y genuinos que les permitan ser protagonistas activos en la vida de nuestra sociedad. Esperamos y les exigimos que sean fermento de futuro, pero los discriminamos y condenamos a golpear puertas que en su gran mayoría están cerradas", añadió.

"LA FUERZA DE SUS MANOS, DE SUS MENTES"

Bergoglio ha considerado esencial ayudar a los jóvenes a que recuperen "en su tierra, en su patria, horizontes concretos de un futuro a construir", y ha lanzado un llamamiento general para que las sociedades no se priven "de la fuerza de sus manos, de sus mentes, de su capacidad de profetizar los sueños de sus mayores".

En la homilía pronunciada ante los miles de fieles que han acudido a la Basílica de San Pedro del Vaticano, Francisco también ha dirigido un mensaje en el que ha pedido que se rechace la lógica centrada "en el privilegio, en las concesiones" y en "los amiguismos" y ha abogado por una "lógica del encuentro, de la cercanía y la proximidad".