Entrevista | Comisionado para el Reto Demográfico del Gobierno de Aragón

Javier Allué: "No hay que llenar los pueblos de gente, sino que hay que vivir mejor en ellos"

Javier Allué, durante la entrevista con El Periódico de Aragón

Javier Allué, durante la entrevista con El Periódico de Aragón / ANDREEA VORNICU

Licenciado en Derecho y ex militante del PAR. Su larga trayectoria política ha discurrido desde el Ayuntamiento de Ejea a las Cortes de Aragón. Ha ocupado cargos en el Gobierno de Luisa Fernanda Rudi y de Javier Lambán. Desde 2018, es Comisionado para el Reto Demográfico.

¿Cuál es el gran desafío demográfico de Aragón?

Frenar la sangría demográfica y estamos consiguiéndolo desde 2016. Y este dato se ha venido consolidando desde 2019. Hay que hacer siempre dos comparativas: con etapas anteriores y con regiones que tienen desafíos demográficos comunes, como Castilla León, Asturias o Galicia. Si comparamos los datos con etapas anteriores, ves que entre 2012 y 2016, Aragón perdió 40.000 habitantes. Esta es la realidad. Y a partir de 2016, hemos recuperado 20.000. Los datos provinciales acompañan también esta afirmación. La provincia de Huesca, que va como un tiro, lleva cinco años de crecimiento demográfico. Perdía entre 1.300 y 1.500 habitantes al año. Hoy los gana. La recuperación demográfica de la provincia de Huesca es ejemplo de toda España.Teruel perdía en la primera parte de la década 1.800 habitantes al año. Desde 2019, la provincia de Teruel ha ganado más de 240 habitantes. 

Está exultante. 

Es evidente que la situación ha cambiado mucho. Pasar de perder habitantes a tener una curva estabilizada es bastante significativo. Lo mismo sucede en la provincia de Zaragoza, pero con dos cuestiones a destacar: en esa primera parte de la década, un 85 o 90% de los municipios perdía población. Y ahora el 60% de los municipios zaragozanos gana habitantes. Por cierto, Zaragoza capital lleva dos años consecutivos perdiendo población, ha perdido 8.000 y la provincia ha dado datos positivos. Y ocurre lo mismo en Teruel y Huesca capital. Hoy podemos decir que las provincias están compensando la pérdida de población de las grandes ciudades. Eso no quiere decir que se estén llenando todos los pueblos de gente, pero es cierto que hay un freno a la sangría demográfica. En Aragón, desde 2016 hemos ganado unos 20.000 habitantes, Castilla y León está perdiendo más de 10.000 habitantes al año. Es impresionante porque hay provincias de Castilla y León que han perdido mucha población. Lo de Galicia es lo mismo.  

¿La estrategia pasa por lograr el equilibrio territorial, por mejorar la calidad de vida de los que residen en el medio rural?

Evidentemente. No se trata de llenar los pueblos de gente, sino de que vivan bien los que están ahora. Los vecinos de los pueblos quieren vivir bien, no demandan más gente. Esto es así. A mi juicio, viven mucho mejor que antes. Los servicios públicos en los pueblos son mucho mejores que hace cinco o diez años. Es innegable. Los presupuestos de las administraciones públicas no tienen otro objetivo que mejorar la calidad de vida de los pueblos. Y lo hacen bien. Como también lo hacen bien las comarcas. En consecuencia, eso demuestra el interés de que la vida en los pueblos sea cada día mejor. Además, luchar contra los desequilibrios territoriales es un mandato del Estatuto de Autonomía, de la Constitución y de la Unión Europea. Otra cosa es que todo lo que hagas en beneficio de los pueblos sirva para fijar población, es decir, sirva para que la gente se quede. Eso es imposible en un mundo globalizado en el que las cosas han cambiado mucho en los últimos años. Han cambiado las perspectivas de los jóvenes, de las mujeres… El mundo femenino que es tan determinante en el medio rural también lo es para tomar decisiones. Afortunadamente, ahora, una mujer que viva en el medio rural puede acabar siendo médico en donde considere oportuno. Antes no era así. No ocurría. Eso es inevitable y hay que promoverlo. No creo que haya ninguna familia del medio rural que intente coartar las posibilidades de futuro de las mujeres. 

¿Cómo se puede lograr que los pueblos sean atractivos para que se queden a vivir los jóvenes?

Es que las cuestiones que había antes tan pegadas a los asuntos agroganaderos, ya no lo son tanto. Y tenemos que conocer nuestra propia estructura territorial. En Aragón somos 731 municipios, es decir 1.553 asentamientos. Tenemos 1.553 retos. Esa es nuestra realidad. Hay que hablar de lo que pasa en cada uno de ellos. Es imposible que todos tengamos los servicios en la puerta de nuestra casa, pero creo que en términos generales, salvo ejemplos puntuales, que los hay, las cosas han cambiado mucho. Pero como suelo decir siempre, las legítimas reivindicaciones del medio rural son compatibles con un discurso positivo de las posibilidades de nuestros pueblos. Huyamos del victimismo. El discurso caótico no favorece en nada al medio rural. Necesitamos buenos comerciales del medio rural, no agoreros, victimistas y desmemoriados, que estén diciendo permanentemente que esto es el caos. Con ese discurso nos equivocamos. No podemos llenar todos los pueblos de gente, pero si podemos hacer políticas que generen atracción, equilibrio territorial para crear todas las oportunidades posibles y que los pueblos sean atractivos a los nuevos pobladores. Que nadie diga: "Me he ido de aquí porque no hay nada que hacer". 

Falta vivienda y no hay empleo de calidad. Así es complicado que el medio rural sea un polo de atracción.

Por favor, siempre que se diga que falta algo en un pueblo, quiero que se diga dónde. Porque depende de dónde sea, me iría o no a vivir allí, porque eso siempre es una decisión personal. Otra cosa es que se quiera hacer algo que sirva para todos y ahí podemos hablar por ejemplo de la conectividad. En el 2015, no había más de 50 municipios que tenían internet y ocho años después estamos ya en condiciones de que vamos a llegar al 100% de los pueblos. 

¿Cree que la nueva ley de Dinaminación del Medio Rural logrará asentar población? 

Debo decir que estoy muy orgulloso de la nueva Ley. Está muy consensuada y muy dialogada con todos los que tienen algo que decir en este tema. Por primera vez, hemos logrado abrir la lata de una fiscalidad diferenciada para los habitantes del medio rural. Se establecen incrementos en bonificaciones fiscales en cuestiones relacionadas por ejemplo con la adquisición de una vivienda, cuidado de hijos, gastos de guardería… Hemos empezado por las zonas más vulnerables de riesgo extremo de despoblación. Queremos reconocer el esfuerzo de las personas que viven en lugares en donde la accesibilidad es muy complicada.