Margot Wallström, comisaria de Medio Ambiente de la Comisión Europea, reiteró ayer que la decisión sobre la financiación del trasvase del Ebro tardará "algunos meses". Pero esta vez lo hizo ante la ministra de Medio Ambiente, Elvira Rodríguez, en presencia de la cual la comisaria evitó cualquier afirmación de apoyo a esa obra. Por el contrario, Wallström expuso argumentos muy similares a los de los detractores de la cesión del Ebro.

La comisaria se enfrentó en Madrid a una comida-coloquio organizada por el Wall Street Journal en la que estaba el frente protrasvase --la ministra de Medio Ambiente y los presidentes valenciano y murciano-- y el antitrasvase --el presidente aragonés y los ecologistas--.

Su mensaje fue corto pero claro: el proceso para decidir si la cesión del Ebro tendrá fondos europeos "acaba de comenzar" y "pasarán algunos meses hasta que se pueda tomar una decisión definitiva". Fue más rotunda que el pasado diciembre en Bruselas y estaba delante el Gobierno español, que pretende poner a finales de febrero la primera piedra del trasvase. Lo hará sin garantía de dinero comunitario.

TODO EL PROYECTO La comisaria aclaró que será necesaria una "evaluación de impacto ambiental" y que se analizará todo el proyecto de trasvase "en su conjunto", lo que tira por tierra la pretensión de Madrid de distinguir entre los tramos para abastecimiento (que pueden tener fondos europeos) y los de regadío (que no pueden).

Wallström eludió pronunciamientos concretos, pero sus tesis no dejaron lugar a dudas: el desarrollo sostenible es un reto, hay que conjugar los "tres pilares", el económico, el ecológico y el social, y se debe tender hacia fórmulas de la gestión de la demanda, y no de la oferta.

Son tesis muy cercanas a las de los detractores de la transferencia de caudales. La comisaria indicó que cualquier Gobierno debería tener en cuenta cuestiones como "la desalación, el uso más racional del agua en el regadío, la priorización de usos, los precios y las demandas".

La dirigente europea fue recibida por varios representantes de colectivos ecologistas que le pidieron con unas pancartas que no sea "cómplice" del "crimen del PHN".

REACCIONES La explicación de la comisaria provocó reacciones muy distintas en la sala. El presidente aragonés, Marcelino Iglesias, aplaudió que la Comisión "no tenga prisa" y que, por tanto, no vaya a haber decisión alguna antes de las elecciones generales de marzo. "Eso me tranquiliza y también el hecho de que se vaya a exigir que todos los proyectos del trasvase se vean juntos", dijo.

Ramón Luis Valcárcel, presidente de Murcia, coincidió extrañamente con Iglesias en la consideración de que será "bueno" que el agua quede al margen de la campaña electoral. Aunque entendió que cualquier pega que la UE pueda ver al PHN se solventará en los intercambios de información entre Bruselas y Madrid.

La interpretación del presidente valenciano, Francisco Camps, fue muy curiosa. "De las palabras de la comisaria se ve que el PHN sigue adelante y tiene todos los avales; es oportuno, técnicamente viable, medioambientalmente intachable y tendrá financiación europea", dijo.

Otro comisario, el de Política Regional, Michel Barnier, se dirigió por escrito a la eurodiputada del PP aragonés, María Antonia Avilés, para hacerle saber que no se ha solicitado a la Comisión dinero para el Pacto del Agua, y que si esto sucede se estudiará. Barnier respondía a una pregunta de Avilés, que teme que el rechazo al PHN suponga una paralización del Pacto.