]"El Ayuntamiento de Zaragoza no hace nada de nada". Es un frase habitual en un partido de la oposición. Pero la pronunció un dirigente del PAR y afectó --colateralmente-- al PSOE, su socio en la DGA. Los pactos a dos bandas han vuelto a propiciar digestiones difíciles a diversos representantes institucionales. El verano ha terminado y, con él, la tregua preelectoral. Lanzar dardos contra el enemigo provoca heridas en el compañero.

La rotunda acusación contra el consistorio, gobernado por PSOE y CHA, salió de la boca de Alfredo Boné, consejero de Medio Ambiente y alto cargo del PAR. No obstante, quiso distinguir entre los dos psoes que parece haber en Aragón: el que gobierna con los aragonesistas en la DGA y el que lo hace con Chunta en el ayuntamiento. "La sólida estabilidad de la DGA permite hacer muchas cosas", dijo. Y añadió que la relación de los socios en el consistorio es inestable.

No es nuevo este surrealismo político de la doble alianza (PSOE-PAR en un lado, PSOE-CHA en otro), pero el verano había aplacado los ánimos. La vuelta ha traído nuevos escenarios de bronca. Unas declaraciones a este diario de Antonio Gaspar, dirigente de CHA y teniente de alcalde de Urbanismo, reactivaron las hostilidades. Dijo Gaspar que la DGA "torpedea" proyectos municipales, que lo hace, sobre todo, el PAR, y que los socialistas del Gobierno autónomo tienen un escaso balance de gestión. Sacó la cara al PSOE municipal, como hizo Boné con el autonómico.

La réplica no tardó. Boné señaló que la acusación era "absolutamente falsa". El presidente del PAR y vicepresidente aragonés, José Ángel Biel, ironizó al señalar, en referencia a Gaspar, que "un gestor al que se le cae el Seminario no merece atención".

El PP quiso entrar en esta bola y ha presentado una iniciativa en las Cortes. Le parece que la denuncia del nacionalista es muy grave, según Antonio Suárez.

Lo cierto es que la especulación política ha vuelto a disparase. Los socialistas creen que los ataques del PAR al ayuntamiento le harán poco daño al alcalde, Juan Alberto Belloch, del PSOE. Por lo que, dicen, no están nerviosos. Y añaden que todo este juego está eclipsando a quien debería encabezar la oposición, el popular Domingo Buesa, lo que les resulta muy ventajoso.

Pero hay socialistas preocupados. Y es que saben que cuando lleguen las elecciones tendrán que luchar sin tregua para que Belloch vuelva a ser alcalde, y eso supondrá que no podrán consentirle a Biel determinadas cosas que ahora le permiten.

Los nacionalistas consideran que la actuación del PAR es fruto de su nerviosismo, "de las dificultades que sabe que tiene para crecer en Zaragoza". De hecho, la estrategia de Biel (posible candidato simultáneo a la DGA y al ayuntamiento) es entendida como un gesto de defensa. Si bien el presidente aragonés, Marcelino Iglesias, ha repetido que estuvo en deuda con el PAR en el 99, pero que ahora ya no le debe nada, su socio y vicepresidente también deja ver que ahora no cierra los ojos ante los constantes requiebros del PP.

Lo curioso es que mientras se multiplican los comentarios de afecto entre el PSOE y el PAR en el Ejecutivo, crece la sensación entre el resto de partidos de que los problemas entre ambos socios son cada vez mayores. El portavoz de CHA, Chesús Bernal, ya lo dijo en el Debate sobre el Estado de la Comunidad, tras oír a Iglesias elogiar a su socio Biel: "Con tantas palmaditas que se dan, al final se van a hacer daño", ironizó.

No son pocos los diputados de la oposición que sostienen que la historia de amor se resquebraja, algo que niegan los afectados pese a admitir algunos roces entre departamentos (Agricultura, del PSOE, y Medio Ambiente, del PAR, están a la greña). Socialistas y aragonesistas no dejan de reiterar que su pacto es estable y, de hecho, hay buenas relaciones personales entre miembros de distintos equipos. Pero saben que llegará un momento en que todos serán el enemigo.

La gestión y los temas del Ayuntamiento de Zaragoza están cada vez más presentes en los debates de las Cortes. Por una parte, es culpa del intercambio de socios, pues CHA juega su papel de oposición a la DGA y carga contra el PSOE-PAR, pese a gobernar con los socialistas municipales. Por otro, es fruto de la decisión del PP de entrar en los grandes debates en todos los foros. Y es que, apuntan algunos diputados, da la sensación de que los conservadores le hacen oposición a Belloch desde las Cortes, pues Buesa no está resultando el contrincante más beligerante para el alcalde.

También el diputado de IU, Adolfo Barrena, trata en la Cámara temas municipales, lógico en una formación sin representación en el consistorio. Pero IU no entra en este espacio surrealista; se limita a defender un pacto de izquierdas para Aragón. Su estrategia para estar presente en la vida zaragozana pasa por pedir la palabra al final de los plenos del consistorio, de lo que se encarga otro de sus dirigentes, José Manuel Alonso.