El Tribunal Supremo ha condenado a un teniente actualmente destinado en la academia de suboficiales de Talarn (Lérida) a 16 años y siete meses de prisión por abusar sexualmente de 28 reclutas. Sus víctimas, todas mujeres, eran aspirantes que pretendían entrar en el Ejército a través de unas pruebas de formación en la Academia Logística de Calatayud, donde tuvieron lugar los abusos. El Ministerio de Defensa ha anunciado que cuando conozca oficialmente el fallo le expulsará del Ejército.

Con esta sentencia, que avanzó ayer el diario Segre, el alto tribunal desestima el recurso presentado por la defensa del teniente contra la condena que el Tribunal Militar Territorial Tercero dictó en noviembre.

Para el Supremo, la conducta del teniente "entraña la gravedad suficiente" como para confirmar la condena, teniendo en cuenta "no sólo la naturaleza de los actos indignos y absolutamente reprochables que integran el comportamiento del recurrente y que éste se produzca desde el prevalimiento (sic) de su jerarquía militar, al ser superior", sino que, además, era "tutor o evaluador en la formación de sus víctimas".

"Esta circunstancia, que hace más reprobable la conducta del acusado, también comporta una situación más humillante para las ofendidas, al recibir un ataque a su intimidad y a su libertad sexual que no podían esperar, por provenir la ofensa de quien era responsable de su formación y calificación, y venía por ello más obligado, si cabe, a respetarlas", añade la sentencia.

El Supremo recuerda el fallo de la primera instancia y señala que, dada la inexperiencia de las víctimas en el ámbito militar y su temor a posibles represalias que les impidieran superar la fase de formación, se veían obligadas a soportar "las arbitrarias apetencias libidinosas" de su superior, pese "al asco, desagrado y humillación que les producían".

El alto tribunal argumenta que el teniente, amparándose en sus facultades instructoras, irrumpió en la libertad y dignidad de sus subordinadas y las obligó a soportar una situación desagradable y vejatoria, aprovechando su temor y el interés que tenían en su promoción y en continuar en las Fuerzas Armadas.