Más de 9.500 toneladas de materiales se sacarán del interior de los pabellones para su devolución a sus respectivos países de origen. Es la estimación aproximada que hace Expoagua del volumen de mercancía que se moverá durante las próximas semanas, ya que la salida de los 104 participantes obligará a movilizar alrededor de 400 tráilers con capacidad para unas 24 toneladas cada uno. Y todos ellos pasarán por Ranillas en el plazo de un mes, que es el tiempo aproximado que calculan que será necesario para dejar expeditos los espacios para que puedan iniciar las obras.

El trasiego diario de vehículos es constante por el interior del recinto. El recorrido es para todos ellos el mismo, con la entrada junto al pabellón de Aragón y la salida a la altura de la puerta del Ebro, algunos de ellos en dirección a la aduana de la Expo en Pla-Za y el resto en dirección a su país por carretera o al aeropuerto o puerto más próximo.

El paso por la aduana no será obligatorio para todos los países, especialmente para aquellos que forman parte de la Comunidad Europea, que están exentos de pagar tasas por la entrada de mercancía en España. No es así, sin embargo, para aquellos que son extracomunitarios.

En este último grupo se incluyen los 48 países que están obligados a sacar de España toda aquella mercancía que incluyeron en sus pabellones durante la Expo, ya que estuvieron exentos del pago de arancel e IVA para introducirlos en el país "con la condición de que los retornaran a su país cuando finalizara la muestra", según explica Mónica Quílez, técnico de Transportes Internacionales del Centro Logístico.

Algunos de ellos ya han iniciado los trámites para emprender el camino de regreso, especialmente los que cuentan con objetos de gran valor, como las obras de arte de la Santa Sede o las piezas arqueológicas de Egipto. En estos casos, además, la vigilancia es exhaustiva por parte de los emisarios que envía el país o el propietario, que lo custodiarán hasta que sea devuelto.

En todo caso, los responsables de los pabellones "solo pueden embalar los objetos pero no precintarlos", ya que esta función corresponde a Expoagua, en el recinto o en la aduana de Pla-Za. Incluso, en algunos casos, reciben una nueva inspección de Vigilancia Aduanera, que supervisan estos días la actividad en el recinto.

Además, para los que están obligados a retornar esta mercancía a su país el control es exhaustivo y debe estar todo lo que se registró en un listado a su entrada. "No saldrá nada si falta algún objeto", aseveró Luis Bobadilla, jefe de la Unidad Operativa del Centro Logístico. La razón es sencilla: si quisieran vender o ceder en España parte de su expografía deberían abonar el coste del arancel y el IVA, porque, de no hacerlo así, se consideraría mercancía de contrabando. No obstante, de esta circunstancia se excluyen los artículos de las tiendas, que como estaban destinados a la venta, se les obligó a abonar tasas aduaneras.