El Ayuntamiento de Zaragoza ha pedido a la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE) que mantenga como mínimo el caudal de 30 metros cúbicos por segundo "que salvaguarda los ecosistemas acuáticos y permite a los zaragozanos seguir disfrutando de actividades de ocio y esparcimiento en el río Ebro". El consistorio remitió ayer al organismo de cuenca una carta en la que le solicita que garantice ese chorro, ya que, en caso contrario, el turismo fluvial se resentirá.

La petición se produjo tras adelantar ayer EL PERIÓDICO que, según los datos del Sistema Automático de Información Hidrológica (SAIH-Ebro) de la CHE, el Ebro no alcanzó esa cifra entre las cuatro de la mañana del martes y las siete de la tarde del miércoles, periodo en el que el caudal llegó a situarse en veinte metros cúbicos por segundo.

Un portavoz de la Confederación admitió que la gestión está siendo este verano "ajustada" debido a las escasas aportaciones de los ríos tras un año con pocas lluvias, aunque negó que existan o hayan existido problemas de calidad pese a la "puntual" bajada de los caudales.

El ayuntamiento indica a la CHE en la carta que para la ciudad es importante que "se mantenga el caudal de 30 metros cúbicos por segundo" con el fin de garantizar las condiciones mínimas para asegurar la seguridad ambiental y las actividades de ocio que ofrecen las riberas del Ebro. También asegura que ése es el caudal óptimo para la navegabilidad de los ebrobuses. De no alcanzarse, "es el propio capitán el que decide si solo navega hasta el club Náutico o sigue hasta la Expo", señala la misiva.

PLANIFICACIÓN El ayuntamiento le recuerda a la CHE que el Reglamento de la Planificación Hidrológica señala la necesidad de "establecer un régimen de caudales ecológicos que permita mantener de forma sostenible la estructura y funcionalidad de los ecosistemas acuáticos y de los ecosistemas terrestres asociados", al tiempo que añade que los 30.000 litros por segundo establecidos en el Plan Hidrológico de 1996 deben mantenerse todo el año "porque lo permiten las infraestructuras de regulación".

La CHE, que ultima un nuevo plan hidrológico basado en un la participación social, tiene la garantía de los caudales ambientales como objetivo prioritario en su gestión. Otra cosa es que las condiciones climáticas e hidráulicas vayan a permitírselo.

Las cabeceras de algunos de los principales ríos pirenaicos han entrado en un prematuro estiaje que ha dejado muy por debajo del mínimo ambiental el caudal que circula por el Ésera en Eriste y por el Gállego en Búbal. Por otro lado, mientras el eje de la cuenca sigue muy por encima de ese nivel, también la malla fluvial de las cabeceras del Aragón y el Irati --fundamentales para abastecer el tramo medio del Ebro-- sufren un precoz estiaje.