La búsqueda del cadáver de Pilar Cebrián, reanudada el martes en Ricla como consecuencia de los resultados de la prueba de evocación cognitiva P-300 (test de la verdad) a la que fue sometido su marido, Antonio Losilla, avanza de forma lenta ante las dificultades que presenta el terreno en el que se está excavando, de momento, infructuosamente.

Una treintena de agentes de distintas unidades de la Jefatura Superior de Policía de Aragón y de Madrid buscaron ayer por segunda jornada consecutiva los restos de Pilar Cebrián en un nevero situado a 200 metros de la casa en la que vivían Cebrián y Losilla, encarcelado desde finales de octubre del 2012 como presunto autor de la muerte y el posterior descuartizamiento del cadáver de la mujer

El pozo de hielo, situado en una ladera, tiene una profundidad de unos ocho metros. El dispositivo logró ayer alcanzar más o menos a la mitad de esa distancia ante los problemas que encuentran los investigadores a la hora de fechar los estratos, explicaron fuentes policiales.

La estratificación del nevero no es natural, ya que los vecinos arrojan tierra sobre la capa de desperdicios, que a veces queman para evitar malos olores.

Eso complica la tarea de datar los residuos hasta el punto de que los agentes dudan en ocasiones acerca de si los que están acumulados en la zona en la que trabajan se corresponden con abril del 2012, la fecha en la que la investigación sitúa la muerte de Pilar Cebrián.

Las labores de búsqueda se reanudarán hoy por la mañana por la mañana hacia las ocho o las nueve. Durante la noche, la zona permanece vigilada.

Los agentes han excavado con picos y con martillos neumáticos de los Bomberos de la Diputación Provincial de Zaragoza.

En el interior del pozo localizaron ayer varios cuerpos de animales muertos y todo tipo de residuos, ya que en la actualidad el nevero ha perdido su uso original de mantenimiento y conservación de los alimentos y es utilizado como vertedero.

Por otro lado, el abogado defensor de Losilla, el penalista Javier Notivoli, ha presentado ante el Tribunal Constitucional un recurso de amparo en el que solicita la declaración de nulidad de la prueba P-300, avalada por la Audiencia Provincial de Zaragoza. Sostiene que atenta contra el derecho a no declarar, y a no hacerlo contra uno mismo, que tienen todos los imputados.

El letrado ha solicitado también el amparo del Constitucional para que declare nula otra diligencia del caso Ricla: la instalación de micrófonos para grabar las conversaciones que mantenía en su domicilio la hija de Losilla y de Cebrián, que llegó a ser detenida, y después exonerada, por encubrimiento.