--¿Cuál ha sido su función durante estos 31 meses en los que el escaño común con CHA ha sido ocupado por este partido?

--La coalición que dio lugar al escaño de La Izquierda de Aragón, formada por CHA, IU y la iniciativa social estableció un espacio de coordinación con redes estratégicas. Hubo un trabajo cotidiano de coordinación y contacto que funcionó bien pero luego se fue apagando como consecuencia de la vorágine interna de cada una de las patas que conformaban la coalición. Pero ha funcionado bien y yo he tenido la responsabilidad de ser el eslabón de IU con el trabajo en el Congreso, el institucional y lo que atañe a Aragón, un trabajo que entiendo que hará a partir de ahora CHA.

--¿Está satisfecho con el funcionamiento de una coalición inédita, y que es la primera experiencia de convergencia que se ha dado en los últimos años?

--Como cualquier cosa que empieza y es nueva, ha tenido, está teniendo y acabará teniendo fallos que la experiencia nos ha permitido corregir sobre la marcha. Como bien resaltó Chesús Yuste en el Congreso, esta coalición ha sido un hecho histórico, y estoy contento por el hecho de conseguir que dos formaciones políticas que comparten muchas cosas hayan logrado unirse por un objetivo común. No era lo importante las organizaciones o conseguir un puesto institucional, sino que eso sirviera para atender las necesidades reales de las personas, que es para lo que sirve la política. Las elecciones europeas han demostrado que el sostén de la transición y el marco constituyente está superado. Eso da aún más sentido a los motivos que hicieran que nos juntáramos en el 2011.

--¿Cuáles han sido esos fallos?

--Es lógico que dos organizaciones con lenguajes diferentes, y la iniciativa social con su propio funcionamiento, tengan distintos procedimientos y lenguajes. Pero hemos trabajado mucho, nos hemos encontrado y hemos avanzado en la búsqueda de lenguajes comunes. No hemos tenido problemas con confluir en el programa de la izquierda, pero quizá debíamos haber plasmado ese trabajo común con más presencia conjunta en la calle. Pero hemos dado un paso muy importante y que hace solo unos años parecía difícil. Vuelvo a decir que tenía razón Yuste cuando dijo que hemos hecho Historia. Hemos demostrado que nuestra alianza no era una cuestión táctica ni coyuntural y hemos logrado vencer las reticencias que habían tenido históricamente CHA e IU. Se han superado. Compartimos visión y tenemos más coincidencias que disensos. Y, sobre todo, tenemos la obligación de dar a la gente una respuesta desde la izquierda.

--Por tanto, ¿es partidario de reeditar esta coalición?

--Soy partidario de las sumas y de profundizar en el trabajo que nos ha permitido tener un escaño en Madrid. Hay que hacer un programa de convergencia que rescate la dignidad del pueblo. Al margen de lo que se ha arbitrado de espaldas a la gente, la izquierda tenemos la obligación de juntarnos y hablar de lo que importa, que es el programa y las políticas para devolver la soberanía al ciudadano.

--¿Qué le ha parecido el trabajo de su antecesor, Chesús Yuste?

--Ha hecho un excelentísimo trabajo. Ha defendido extraordinariamente los intereses de Aragón y ha hecho una gran política de izquierdas, con una grandísima labor parlamentaria. Además, se planteó ser diputado de distrito y ha trabajado pueblo a pueblo, se ha recorrido Aragón entero y ha recogido perfectamente los intereses y necesidades de cada localidad y ha dado información a los ciudadanos. Ha sido excelente.

--Usted forma parte de la misma coalición, pero de distinto partido y personalidad. ¿Cuál va a ser su línea de trabajo?

--Como miembro de la Izquierda de Aragón, voy a seguir trabajando por los intereses de la izquierda y de Aragón. Hay que seguir la línea de Yuste, ser ese diputado de distrito que rinde cuentas ante los ciudadanos. Pero es cierto que la realidad y la personalidad de cada uno es distinto, y que IU es diferente a CHA y tiene otras dinámicas, con lo que también tendré un trabajo más específico para seguir sumando en la izquierda. De momento es probable que asuma Cultura y Medio Ambiente, como tenía Chesús, y haya una reorganización que se tiene que ver y debatir en el grupo.

--¿Cuáles son sus preferencias?

--Puedo tenerlas, pero hay que esperar porque es algo que hay que pactar colectivamente.

--¿Explicará en Aragón su trabajo en el Congreso?

--Independientemente de las asambleas abiertas en las que normalmente damos cuenta del trabajo, hay que retomarlas con intensidad en el ámbito de la ciudad de Zaragoza. Ahora tiene aún más sentido. Se trata de construir lenguajes comunes y aprender de las opiniones compartidas, reclamando muchos derechos desde la absoluta y necesaria movilización.

--¿Crea frustración saber que muchas iniciativas se van a encontrar con un rechazo de la mayoría parlamentaria?

--Sí. Cuando esperas algo y no sale adelante te desengañas. Sabemos que las aritméticas parlamentarias hacen que el PP ni siquiera permita hacer debates parlamentarios y se tramiten cuestiones fundamentales por procedimientos como la vía urgencia o las lecturas únicas ... Nosotros debemos precisamente enseñar a la gente en qué se ha convertido el espacio de representación de la soberanía popular. Hay que devolver la soberanía a los ciudadanos y la economía debe estar al servicio de la gente y no al revés. Ese es el gran reto de la democracia en los próximos años. Podemos salir de la crisis como nos propone la derecha o con más soberanía y más democracia.

--¿Podrá compatibilizar sus responsabilidades orgánicas con las de diputado?

--Durante estos dos últimos años hemos tenido responsabilidades muy colegiadas y compartidas, el funcionamiento se ha ido engranando y tenemos un espacio organizativo que permite que funcione perfectamente. Somos una organización muy horizontal y en ese sentido no será difícil.

--¿Qué espera de su próximo paso por el Congreso?

--La ciudadanía política demanda otras formas de hacer política. Para la gente de izquierdas es importante saber que sin propuesta alternativa sólida y coherente no podrás jamás llevar a las transformaciones necesarias y en este sentido el programa es lo primero. Es momento de que partidos que tradicionalmente hemos estado a la defensiva pasemos ahora a la ofensiva. Es el momento de la audacia en política.